jueves, 18 de enero de 2024

440/ ADN cultural

Por extraño que parezca hay quien sostiene que la cultura (más precisamente: la <<pátina de cultura>> que cubre el cuerpo social) es inútil, superflua, baladí. Yo le compro lo de <<inútil>> y <<baladí>> en según qué circunstancias: a todos se nos ocurre algún caso <<cultural>> que exhibe tan maravillosos atributos… Yo no le compro lo de <<superflua>>; no, por una científica razón: el <<efecto Baldwin>>. 

     Este <<efecto>> se materializa en todo lo que rodea al ser humano desde que emite el primer vagido hasta el último (o sea: durante toda su existencia) y que podría denominarse: <<Creencias y objetos que representan esas creencias>>. Por ejemplo: la salud, el azar, Dios… 

     El niño (la niña) crecería bajo el influjo de todo ello. Hasta aquí cualquier hijo de vecino podría aducir: <<Yo esto ya lo sabía>>. Y nosotros, en tal caso, tendríamos que congraciar con esa afirmación y agachar la cerviz e irnos por donde habíamos venido con las orejas gachas y un ánimo de perros… 

     Pero hete aquí que hay algo más; algo que pocos conocen; algo cuya mera verbalización podría llegar, incluso, a perturbar al más pintado (léase: al más versado en esta materia). Lo diré sin tapujos, y es que… <<Los niños crecen ya entre creencias y objetos que encarnan esas creencias (amuletos, danzas, historia, imágenes). Los estudiosos de la evolución consideran que la “construcción del nicho”, es decir, el revestimiento cultural de la realidad, es un mecanismo que consigue a la larga cambiar el genoma humano (…) De una manera indirecta, lo aprendido acaba influyendo en nuestro genoma>> (José Antonio Marina y Javier Rambaud. <<Biografía de la humanidad>>. Ariel. Barcelona, 2018. Pág., 69).   

     ¡La pátina de cultura que cubre el cuerpo social consigue, con el correr (y corroer) del tiempo, cambiar el <<genoma humano>>! 

     Qué, lector, cómo te has quedado… Ya…, como me quedé yo cuando lo descubrí (mejor dicho: cuando lo leí; no es lo mismo leer que ver, como no lo es ver que sentir, ni sentir que… ¡Basta!). 

     Atiéndase, por favor, al statu quo: el <<genoma humano>> modificado por la cultura. ¡¿Dónde se ha visto semejante dislate?!

     Y así podríamos seguir hasta mañana…

     Una última justificación baldwiniana: la religión. Pregunto: ¿Ha contribuido la religión (el hecho religioso) a la humanización de nuestra especie? ¿O justo al revés: a la deshumanización?…

     En fin.