viernes, 31 de agosto de 2012

19/ Ella

Inquieren quién es Ella. Se les antoja propulsora de esta bitácora. Sé quién fue: Beatriz, Leonor, Filomena. “Es” El pájaro en la rama. Un pasaje de El amor en los tiempos del cólera. Una fabulación de Ficciones. Será (conjeturo) de sol, de luna o de agua. Inquieren por quién es Ella. Tales prefiguraciones no se indagan. Exhumarlas resultaría (para Ella) importuno. E ídem, para mí.

18/ Intertextualidad

Un río, un amor. Topo con una probable (verosímil) intertextualidad. Otras me asaltaron anteayer. El primigenio autor: Vicente Risco. Su composición: O poema do mar. La de Cernuda: No intentemos el amor nunca. Fabulo que no exhibe perfil de plagio. La literatura cursa tales frivolidades desde cuando existe la ley del feedback. Leer a lectores de lectores de lectores resulta pragmático. Plagiar no es reciclar ni reutilizar sino copiar. Quienes lo ejecutan incurren en delito. Acaso duplicar poesía devenga absurdo. Concebir versos requiere “experimentarlos” con previsión en vez de “vislumbrarlos”. A qué diantre, enuncio yo, calcar una experiencia ajena. Itero: Omnímodamente absurdo.     

jueves, 30 de agosto de 2012

17/ Doméstica literatura

Nos han remitido una carta. Caligrafiada con pulso cimbreante y delator. Omnímodamente rendidos a la escritura los márgenes del papel. Por el torso y por el dorso. Su extensión no deviene exuberante ni recaba ingeniosidades. Adolece de su justo término. De amistad. De afecto. Erigirnos receptores nos ha regocijado. No solo por el remitente. Haberla redactado exhuma una práctica de raigambre humanista. Disímil de la de teclear lívidos correos electrónicos. La misiva se presta a ser olida. A ser palpada. A ser engurruñada. E, inclusive, a ser guarecida en la faltriquera. Más honesta que la moneda corriente deviene. Emociones y cavilaciones fugazmente transferibles vehicula. Pertenece a quien la redacta y a quien la descifra. Podría adquirir rango de Patrimonio de la Humanidad. Saramago punteó el centro del bolado cuando explicitó: Un e-mail no se emborrona. Inquiero: ¿Y una carta?       

martes, 28 de agosto de 2012

16/ Con red

Me chapuzo en Un río, un amor, de Cernuda. El poemario exhuma a Juan Ramón, a Alberti y a Lorca. Un arquetipo: El cuerpo huero. Fue musicado en perfectos alejandrinos blancos. Sus acordes resultan magnificentes. Descolla la matemática versal. Luis interpela a André Breton y a Philippe Soupault. Profiriéndoles, apostillo yo, mil vueltas. Su automatismo psíquico no era asaz puro. Jugaba con red.  

viernes, 24 de agosto de 2012

15/ Ay, España

Un lamento. El de Rafael Alberti. En Entre el clavel y la espada. Por los caídos en la Guerra Civil. La poesía sensitiva no suele incursionarse en tales desbarajustes humanos. Su cometido no es conmover sino deleitar. Tu desgarro, Rafael, copa sendos puestos. Conmueve por cuanto la guerra a todos muerde. Deleita por cuanto el octosílabo amarras con donaire. Parafraseándote: La lengua nos duele y sabe a muerto. A desenterrado. Inquiero: ¿Y Federico? Colijo: Conmoción (sin deleite).

jueves, 23 de agosto de 2012

14/ Una pifia

Cualquier lid contra una octogenaria no denigra a quien la ejecuta. Esta (institucional), sí. El hecho ha acontecido en Borja (Zaragoza). Y a resultas de una restauración de arte fallida. ¿Víctima? El eccehomo expuesto en la iglesia de la citada villa. ¿Victimaria? Cecilia Jiménez. Rectas intenciones concurrían en ella: No le auxiliaron. Sus adminículos de rejuvenecimiento pictórico borraron la faz al Cristo Homo. La escena no engrosaba ningún nomenclátor. Permanecía, por incuria política, desamparada a la buena de Buda: Se me antoja réproba la machada contra la artífice de la pifia. Réproba y cruel.

miércoles, 22 de agosto de 2012

13/ Cripticismo formal

En La muchedumbre de lo virtual habitan colores tamizados en luz. Todo se funda a fuer de Tiempo. Hay formas en sí propias inútiles. A trechos hermosas. El brío argumental queda en suspenso. La luz cae por entre una que otra fracción. El infinito es usualmente repudiado por la matemática. Aquí, numérica certitud emerge. La adjetivación (“virtual”) irroga futuridad. La sustantivación (“muchedumbre”) parcela el aquende y ahora. A primo vistazo, orgía lumínica. Revoltijo de calcetines. Trozos chillidinos de plástico. Cascos de motocicleta. Almas de puzzle. Trastes de guitarra. Un arpa. Un yunque. Atuendo interior a retortero. Una gafa. Bufandas. Una capucha monjil. Cebra al corte. Fabulaciones. Sangre. Esperanza. Libertad a posteriori. Nefasta conciencia. Zozobra jovial. He explicitado: Nefasta conciencia. Repudio esta heterodoxia.

martes, 21 de agosto de 2012

12/ C: B

Todo A es B. C es A. Luego C es B. Que todos somos el Otro, y todo, no requiere mayor elucidación. Empatía y conciencia nos habilitan para serlo. Inquiero: ¿Por qué no aceptamos nuestra propia muerte? ¿Por qué la ajena, sí? Todos los hombres son mortales. Sócrates es hombre. Luego Sócrates es mortal. Luctuosa certitud. Yo no anhelo que la Pálida Dama me aprese. Nunca cavilo mi óbito. Creo, tal G.G.M., que nada más fenece quien se aleja de los camaradas. En Doce cuentos peregrinos da cuenta de ello. Juzgo la práctica, en buena liza, asepsia contra el pavor. O lanzadera a la libertad. Infiero: Hay que avecindarse a la muerte. Solo avecindársele. No abrazarla a deshora. De ejecutarlo caeríamos en despropósito. Es sabido que la libertad adolece de precio. Abonémoslo.         

lunes, 20 de agosto de 2012

11/ Disimilitud lírica

Sé y lamento la heterogeneidad de la obra del bardo Rafael. Entre el clavel y la espada atesora un doble signo: Amor y pacto. Adolece de ambigüedad y de pluralidad significativa. Beldades plásticas jalonan sus composiciones. Y la canción popular. Y la Guerra Civil. Y el exilio. Hay un trasfondo humanitario ajustado a contenido: Se deja descifrar a ratos. A ratos deviene sublime. Sé y lamento la homogeneidad de la obra inverosímil del bardo Rafael. Marinero en tierra enarboló luminarias que encandilaron mis ojos.   

viernes, 17 de agosto de 2012

10/ Literatura austrohúngara

Evoco Mendel, el de los libros. También Yo, otro. ¿Artífices? Stefan Zweig e Imre Kertész respectivamente. El primer rasgón restó regusto acibarado a mi paladar psíquico. E imágenes certeras: Mendel ambulando por las arterias de Viena. O afianzado al tablero del café Gluck. O recluido en un campo de exterminio nazi. Kertész (Budapest, 1929) fue deportado a Auschwitz y a Buchenwald el 44. En 2002 toma el Nobel de Literatura. Temática: La transformación del yo desde la II. G.M. hasta nuestras jornadas. ¿Qué nos ejecuta disímiles a nosotros mismos? ¿Es quimérico pretender ser quienes éramos? ¿Seremos quienes nunca fuimos: Otros? Wittgenstein concurre sobremanera. Kertész confiere pábulo al filósofo. Afirma que su cavilar fue medio para la vendetta. Sendas evocaciones espolean mi aversión al antisemitismo. Una tesis del postrer título: El individuo media entre la vida y su sentido. Fracasa en ambos parajes. Lleva a efecto el objeto de vivir. No se percata, en tal cumplimiento, de las finalidades de la vida. Cavilo: El hombre debe escalar sin dilación a la cúspide de la consciencia. Lo enunciado devendría ética cimentada y resolutiva. Infiero: Mefistófeles encierra un compromiso: Despabilar del letargo infernal de la insensatez. De ello depende, categóricamente, fenecer en olor de multitud. 

jueves, 16 de agosto de 2012

9/ La ufanía

Áulico Yago: Cuentas nueve meses en tu aljaba. Estas hojas volanderas te rinden pleitesía. No eres poeta, ni pintor, ni músico. Todavía no. Sí, uno de los propulsores de mi vida. El otro es la literatura. ¡Cómo no iba a adjudicarte espacio alguno aquí! Eres de luna con sol. Tal la Filomena de mi Juan Ramón Jiménez. Y eres epigrama. ¿Alguien prejuzga, aún, tu preeminencia en esta bitácora? Adoleces de incalculable valor: Resuellas. ¿Mi empeño? Mostrarte verosimilitudes. El de tus padres, verte engrosar. El de tus abuelos, aferrársete. Todos te proyectamos libre. No lo entierres. Y si te da por escoltar mi estela: Uno, no investigues en el laboratorio de la utopía. Dos, enuncia asiduamente “te amo” a quien lo merezca. Tres, no leas hasta la extenuación. Sí, lee. Cuatro, no seas escritor. La mayoría de nosotros nos envanecemos. Ahora contemplaré los astros azules que trasminan tus ojos. Balbuceas. Me allego a ti. Ósculos de: Tu tío. 

8/ Amicísimo trovador

Tus legajos, Miguel, arribaron a Quesada. El Consistorio de Helche les ministró libelo de repudio. Ahora subsistirá sin tus haraquiris. Sin tus caligráficos desgarros. Sin tus negros sobre blancos emborronados. Coyunturas políticas y económicas se erigieron óbice. Andalucía mudó a paisaje postrero y cautivo. Pugnaste en el frente de Jaén y en el de Córdoba. Queipo de Llano enarbolaba su fusil: Los muros del Alcázar hispalio se tornaron tu parapeto. Joaquín Romero Murube tramitó el bolado. Voceo: Que los andaluces de Jaén, aceituneros altivos, se deleiten con tu corazón. Lo guarezcan. Lo traten con despejada frente y con regalo. Le dispensen vanaglorias a tituplén. De lo contrario, Miguel, fenecerías dos veces. Injusto a toda luz.            

martes, 14 de agosto de 2012

7/ Augurio lírico

Retornando a Alberti. El de la Noble Ciudad y Puerto de Santa María exhuma, tal símbolo, al toro. ¿Dónde? En Entre el clavel y la espada. Sección: Toro en el mar (elegía de un mapa perdido). Un halo de esperanza aflora. Nuestra “piel de toro” no se enajenará: Tan banderilleada ha quedado.

6/ Sucinta hermosura

Benedetti insertó en Despistes y franquezas el micro-cuento más hermoso del orbe: Su amor no era sencillo. Lo aireé en las ondas. Hay un Aleph en que Eros y yo convergemos. Se nomina evocación. Mario: Mi gratitud.

lunes, 13 de agosto de 2012

5/ Discordia

Jaume Balagueró me ha exasperado. Ha venido en aseverar que hay un sobrante de deporte en los informativos. Obvia el excedente: La política. Yo, dondequiera que hubiese un político pondría a un pensador. O a un poeta. O a un deportista. El primero cavila. El segundo crea. El tercero se esfuerza. Los políticos no cavilan (tampoco se esfuerzan). Ellos solo crean. ¿Qué cosa? Problemas. Reconvente, Jaume, y llevémonos bien.

4/ Retrospectiva


Regreso a Granada y arribo a Guadix. Hito primordial: José Cruz Úbeda, Recuerdos de mi niñez (óleos sobre tela). Sus pinturas expelen colores sin mácula. Juanramonianos azules. Lorquianos verdes. Sanchezmejiasianos ocres. Andaluces albos. Se exponen en la casa-cueva natal del pintor. El interior fintea los cuarenta grados centígrados del rehogado exterior. Huele a aperos de labranza y a cecinas. Al emprender camino inverso vislumbro el Barranco de Víznar. Federico García exalta mi sensibilidad. La Sierra Nevada se torna de sol. Todo, ya en Sevilla, lo verdea el naranjal.

3/ Tributo

Amistad: Perita dulce. Entre el clavel y la espada, de Alberti, homenajea a Filias. Eros es sobrevolado por ella. Cavilo: Debiera erigirse enseña del hombre medio. Atestiguo: Empuja a la vida. Cotejo: Aquel, a la muerte. Ergo: Vengan peritas.  

jueves, 9 de agosto de 2012

2/ Alcance inmaculado

Kant aseveró que sentidos e intuición narcotizan inteligencias. Por la percepción. Por no sé qué fuero intestino. La idea toma asilo en Cómo orientarse en el pensamiento. Indago: ¿Dónde radica, Eros, tu sacrosanta esencia? Enunciado sea con inquina. 

martes, 7 de agosto de 2012

1/ Albor

Sopitipando” (DRAE): Accidente, desmayo. “Accidente” (DRAE. 5ª acepción): Pasión o movimiento del ánimo. De resultas: “Sopitipando”: Pasión del ánimo. Topé con este extraordinario vocablo una tarde de estío. Frecuentaba a Juan Valera: Su Pepita Jiménez (1874). La tarde que refiero fue espasmódica: Anhelaba una que otra quimera... 
     Alborea Sopitipandos. Inductores: Amor a la literatura, a la filosofía, al arte. Frecuencia cardíaca y respiratoria: Normal. Presión arterial: Normal. Temperatura periférica: Normal. 
     Consigna: “Nosce te ipsum”.