miércoles, 31 de octubre de 2012

32/ Mito motor

¡Cuántas albañilerías poéticas han rendido culto al ladrillo mitológico-alegórico! El que más y el que menos de los dioses grecorromanos fue hombre positivo. Otros, representaciones simbólicas. El remanente, abstracciones morales. Pues bien: Cualesquiera de sus hechos precede al catolicismo. Únicamente la religión judaica postuló y anticipó un dios único. Mitología y judaísmo difieren en que la primera es politeísta. Comparten un sino: La constructora imaginación. Colegios y liceos no alientan el hecho mitológico. Universidades de medio mundo no cimientan sus principios en la mitología. Induzco: Léase a Juan Ramón Jiménez y a Gabriel García Márquez. Desdeñar la antigüedad empobrece nuestra cosmovisión. Sol, luna, estrellas, agua, viento, noche, ¿qué son? Deidades mitológicas. Un postrero apunte: Júpiter convirtió a su amada y a su vástago en dos constelaciones: “Osa mayor” y “osa menor” respectivamente. ¿Y Leda? ¡Qué belleza la suya afianzada a orillas de un río con Júpiter a sus pies! El mito inflinge arte y sublima la imaginación. Inquiero: ¿No es, este, motor del conocimiento? Diváguese y rectifíquese la antagónica creencia.              

jueves, 25 de octubre de 2012

31/ Contraste

Los cuadernos de don Rigoberto. Mario Vargas Llosa. El Nobel de Arequipa airea, aquí, la teoría sexual de Anne Fausto-Sterlin. Indáguese. Erotismo y perversidad devienen, en este haraquiri, conceptos símiles. El ídolo rebate el discurso feminista de la colectivización. A saber: Que clítoris y gónadas femíneas son preferentes, en abstracto, a falo y turmas. Me hastía Vargas. Juzgo insufrible su discurso estético. Los libros que pare destilan oficio. Adolecen de una impecable dicción: Instruyen. Ahí se rinde itinerario. Son, me parece, faltos de donaire. E ineptos para el narcotismo. Y su musicalidad, arrítimica. Convengo con el dictamen de Umbral: “El bien y el mal son clónicos, eternos, y la vida transcurre en un espejo”. Donde enuncia "bien", léase: Deleite. Donde "mal", desagrado. Donde "espejo", quimera. Y quédese uno tan a gusto.               

miércoles, 17 de octubre de 2012

30/ Esotra droga

–Tóxico y literatura casan...
–¿Y?
–William Sydney Porter no iba a ser menos.
–¿Qué refieres?
–La lista es luenga: Shakespeare, Edgar Poe, Arthur Rimbaud, Valery...
–Y W.S.P. Alias “O. Henry”. ¿Y qué?
–Podemos demonizarlo o enaltecer su obra.
–Adoleció de una vida compleja.
–Resolló tras los travesaños de la penitenciaría de Columbus por hurtar moneda corriente a un banco.
–Fue, asimismo, boticario.
–Fundó el seminario bufonesco The Rolling Stone.
–También garrapateó cuentos por encargo en el New York World.
–¿Qué sustancia empleaba?
–Alcohol.
–¿Y no adquiría atributos de gamuza?
–Trabajaba, raudo, con dos litros de güisqui a la jornada.
–Presto oído a sones de leyenda...
–Yo sé que acabó arruinado.
–Feneció prematuramente: Con 47 en su aljaba.
–Hay a quien, sin inspiración, se le oblitera la vida...
–Esotra droga.
–La óptima, álter ego, la óptima.
–¿Tú no aireabas que ella debe agarrarte laborando?
–¿La vida?
–La inspiración.
–Eso lo enunció Cela.
–¿No lo compartes?
–Para mí es al revés: Lo que debe sorprenderte inspirado es el laburo.
–¿Y si no?...
–Se abotagaría la obra.
–¿Y qué?
–Te mudarías en prolífico escritor con uno o dos aciertos.
–Exponme, ¿cómo tropezar con el numen?
–Leyendo.
–¿El qué?
–Lo impublicable.
–El mercado cifra los aciertos.
–Así es.
–Por eso te inspiras con parvedad e intoxicas y caligrafías asaz.
–Y tú que lo enuncies.
–Ahora discierno el grano de la paja...
–¡Bravo, álter ego, bravo!       

viernes, 5 de octubre de 2012

29/ Parca misiva

Áulico Yago: Voy a relatarte qué mundo habitamos. Resulta sutil. Deviene inhóspito. Destila uno que otro regocijo. Enarbola el estandarte de las concomitancias: Él nos habita a nosotros. Y, si cosmos real e inventado convergen, ambulamos con pájaros en las ramas. La frustración se actualiza. Lo fabulado reverbera. Lo fáctico se opaca. Podría (lo fáctico) ser virtuoso. Es reprobable. Podría (lo fáctico) ser verdadero. Es la Verdad. no barruntas nada de esto: Eres cándido. Comparte contigo un rasgo: Me envuelve sobremanera. Quienes lo habitan dejan de existir si clausuro sus tapas. Uno que otro requiere de mi somnolencia para conciliar el sueño. Duermo escasamente. Tú, en demasía. Asaz debe desgastar “Azulandia”. El orbe al que has arribado, áulico Yago, no es disímil del que yo frecuento. ¿Evocarás, tal G.G.M., la vida para contarla? Tú vívela sin empacho y sin aflicciones. Entrambos batallamos con indios y vaqueros y, a perpetuidad, salimos airosos. El mundo es una deleitosa flor. Líbala. Te apretuja: Tu tío.       

miércoles, 3 de octubre de 2012

28/ Estulticia venial

Nietzsche infligió un contundente jalón al mundo. ¿Dónde? En El origen de la tragedia a partir del espíritu de la música. La razón del filósofo irguió, aquí, una de sus vigas maestras: Lo apolíneo contra lo dionisiaco. Sosiego y equilibrio alumbraban el ideal del hombre en la Grecia Clásica. Historiadores ilustrados y post-ilustrados cimentaron tal creencia. Nietzsche la atropelló. Arrebata que, ulteriormente, cayera en la estulticia. Fue cuando caligrafió que el hombre es a la contienda lo que la mujer al solaz del contendiente. Lo explicitó en Así habló Zarathustra. Una que otra voz apela a que su hermana interpoló y falseó sus escritos. Yo no sé quién fue, a la postre, Friedrich Nietzsche. Sí, que adolecía de hocico. Con lo que me avengo.