Yo transmigro a ti. Releo Soledades y Galerías, de Machado, y "sueño caminos en la tarde". Con Ella sin mí. Conmigo sin Ella. Entrambos sin nosotros. Traspongo, a mía sobre tuya, la 1ª y 2ª persona del singular. Arribo a la 1ª del plural: Aquí me aquieto. Yo ponderaba soledades. Hoy enaltezco colectividades. Hoy postergo individualidades. Tan honda y caliginosa galería hollaron mis pies. Tú habitaste (Ella habita) el numinoso valle de Orfeo. Y yo con Ella. Y Tú conmigo. Y Nos con nosotros.
jueves, 28 de febrero de 2013
lunes, 25 de febrero de 2013
58/ Armonía utópica
Refiere un haiku: No corras. Ve despacio. Adonde tienes que ir es a ti solo. (Descifrado en Gárgoris y Habidis). Hay, en torno, una glosa: Que al perfeccionamiento interior se arriba por regresión (¡oh!) y no por progresión. Y se apostilla: Ello o la armonía entre conciencia y subconciencia. Tal equilibrio se alcanzaría retrocediendo hasta la Antigüedad. El aliento de Jung, de suyo, enfría el cogote del lector. Al cabo (otra vez, ¡oh!) nos luce el mito.
miércoles, 20 de febrero de 2013
57/ De enhoramala
Sostenía Machado que la letra mata. ¿El qué? Evocaciones y vivencias. En su Soledades lo adujo. Aquí: XLIX Elegía de un madrigal. Cavilo: Qué tristeza. Y qué desolación. Quienes nos consagramos al oficio de la literatura estaríamos de enhoramala. Las letras que vomitamos corroerían nuestro memorándum. El poeta refiere que un aroma, verbigracia, revive aquellas anotaciones. Un aroma. Letra mata. Un aroma. Qué inicuo oficio el de la literatura. Caligrafiamos para el olvido. Y creemos que lo ejecutado, a la he, deviene trascendente: Que nos indispondríamos si no acometiésemos tal labor. Ulteriormente lo enterramos ad perpetuam. Qué inicuo oficio y qué inicua certitud la del literato.
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