La
narrativa de Umbral raya en lo maravillosamente obsceno. Memorias borbónicas ejemplifica lo que digo. Más allá de la página
ochenta esa obscenidad empalaga. La novela aludida rezuma maestría en el uso de
la hipérbole y del porno-erotismo. No de la magia. Hecho que dispensa a su
autor el dudoso privilegio de desparecerse a Gabo. Éste exagera y ¿porno?-erotiza
poéticamente. Aquel socialmente. Nada que ver. Al leer las “Memorias” de Paco
he pensado en las obras de Gabriel. Lo social emborrona lo mágico. Si Márquez
me fascina, Umbral me anonada. Quisiera escribir como el primero. Ambientar mis
novelas como el segundo. Imaginar la vida como ambos y como ninguno acabarla: conocer
el destino de alguien puede devenir suficiente para estar uno en paz consigo
mismo. Ignoro si esto último es vituperable.
martes, 26 de noviembre de 2013
martes, 19 de noviembre de 2013
114/ Adivinatorio
En La agonía del
cristianismo Unamunillo da
rienda suelta a sus argumentos cabezona y sentimentalmente. ¡Gustaba Miguelón
del dualismo! Oposición que engendraría
una tercera realidad: la contradicción con valor en sí misma. Acá nos habla de Evangelios.
En el cuarto se encastilla el motivo de la condena de Cristo a cargo de
escribas y fariseos. Unamunillo lo cifra en el antipatriotismo. Leed esto: “Se
reunieron (…) los fariseos en concejo y dijeron: `¿Qué vamos a hacer? (…) si le
dejamos así, todos creerán en él y vendrán los romanos y nos suprimirán el
lugar y la raza´. Y uno de ellos, Caifás, que era el sumo sacerdote de aquel
año, les dijo: `Vosotros no sabéis nada, ni pensáis que os conviene que muera
un hombre por el pueblo y no que perezca toda la raza´”. Pregunto: ¿la judía?
Corría el año 1924 cuando Miguelillo casi-cura-brujo Unamuno entregó a la
imprenta la mencionada obra. El nacionalsocialismo alemán brotó en 1933. Ocho
años después, en 1941, principiaría el Holocausto o Solución Final. Rehúso
arrinconar el pensamiento que dicta que todo lo por venir está en los libros.
En cientos de miles de millones de volúmenes. ¿No encerrarán éstos una
clarividencia verbal e inaudita? Aprendamos a descifrarla. Y que el azar nos
conduzca a ella cuando la inspiración racional nos embargue. Y que nos alcance
el espíritu para tales niveles de exigencia intelectual. ¡Demasiadas
condiciones! No sin innumerabilidad ahí fuera (o acá dentro) están los libros (olorosos
a letra viva).
Probablemente hoy se esté escribiendo, en una de tantas páginas, la hecatombe
de mañana.
miércoles, 13 de noviembre de 2013
113/ ¿Tardíamente precoz?
El universo lorquiano
continúa alimentándome. 4 Piezas Breves.
El primitivo auto sentimental: fábula
cuyo tema álgido radica en la peregrinación de las almas hacia el Más Allá. Del amor. Teatro de animales: fábula `deshumanizada´ que desarrolla el tema de la “rebelión contra la injusticia”. Sombras: farsa donde hay tensión entre
“el deseo y la razón y la desesperación y el escepticismo”. Jehová: farsa, inconclusa, que hace
hincapié en Dios y El mal y El hombre grotescamente. Las aireó Federico en
1918, 1919, 1920 y puntos suspensivos respectivamente. Precoz. El dramaturgo
fue entregado a la luz el año 1898. Con veinte, veintiuno y veintidós ya
ejecutaba tales prodigios. No son bosquejos ni intentonas fallidas. En estos
dramas hay oficio y embrionaria evolución teatral. Otros despuntarían
antes auspiciados por la imprudencia. Inquiero: ¿con la maestría del granadí? ¡No hay que correr!, dicen
algunos, y en rigor es verdad. Sucede que existen quienes son de natural chispeante y
explosivo y cuya metralla salpica al mundo. La mirada perdida en la levedad del
ser. Desgarbados (a veces). Con caminares excéntricos (no siempre). ¡A estos suele
llamárseles genio, y punto en boca, hombre ya!
lunes, 11 de noviembre de 2013
112/ Contra natura
He vuelto a Gabriel
García Márquez. A su literatura. Concretamente Del
amor y otros demonios. Escalofríos. Adulancia. Infaltez. Qué intesidad
mágico-realista e imaginación volcánica al par. Nadie escribe hoy así. El más
granado de los novelistas no se le arrima un ápice. Obra pluri-significativa
con personajes oníricos y verosímiles. Hay uno que susurra frases latinas al
oído de los caballos. Maravilloso... Se llama Abrenuncio. Y del amor opina: [que es]
un sentimiento contra natura, que [condena] a dos desconocidos a una
dependencia mezquina e insalubre, tanto más efímera cuanto más intensa”. ¡Chapó!
Qué pena poder comulgar solo teóricamente con esa idea. Súcubos me emponzoñan
el alma y arrastran con ellos al averno de las pasiones. È così.
miércoles, 6 de noviembre de 2013
111/ Brrr
La indignación me
embarga lastimeramente. Sin ambages: he leído dos novelas cortas, negras, de
Manuel Vázquez Montalbán. Mi veredicto no puede ser más encontrado y angustioso: una bazofia. Conste que catalogo sin iracundia y sin vanidad de escritor. Ya todo me da lo mismo. Soy un lector libre. Libérrimo. O insubordinado. Lo repetiré: lector libre y libérrimo o insubordinado. Y digo con voz alta y clara que no
logro topar con un libro moderno, o relativamente moderno, que siquiera roce
alturas de jilguero. Ambas piezas, englobadas en Historias de política ficción, airean clichés y estereotipos emulando
las de Agatha Cristhie. Sin hondura, los personajes. Tramas poco hiladas.
Argumentos tediosos. Hasta hace una de ellas apología del descaro: el detective
pronuncia el postrer y famoso y dilucidador soliloquio ante los asesinos al estilo de la señora Fletcher.
Lo ya apuntado: irrisorias y ridículas. A no ser que fuesen concebidas para un público juvenil que ha leído poco. O ni por esas. Confieso: es la primera vez, junto a cuando
descifré Al fin libre de J. J.
Benítez, que he experimentado la inquietante sensación de perder el tiempo leyendo. Brrr.
martes, 5 de noviembre de 2013
110/ Cuenta Borges... XXIV
(...de Inquisiciones)
Cuenta Borges,
citando a san Agustín, la siguiente preciosidad: In verbis verum amare non verba. En román paladino: apreciemos la
verdad por encima de la palabra. Lo dicho va radicalmente en contra de mis
creencias formalistas y lo pondero con gusto. Algo en mí se está mudando. Parece
que el maestro no predicó con el ejemplo en Inquisiciones:
libro atiborrado de forma y de significantes y de verdad. Otro tropiezo es el
relativo a atizar de lo lindo y con brevedad a las palabras Misterio y azul. La primera me es más ajena aunque encierra una “certeza” que
me toca dentro. Escribe Borges: “Tampoco hemos de arrimar la poesía (…) a la
mística (…) e imaginar que (…) equivale a un hallazgo de afinidades ocultas y
parentescos escondidos; (…) equivócanse de medio a medio los que creen en el
alma de las cosas”. Ortega, Juan Ramón y María Zambrano ambulaban en sentido
contrario. Sé que Borges alude antes a la metáfora y conjeturo que la mística
le era cara. En cuanto al término segundo: “Apareado a nombres abstractos el adjetivo
azul nada dice”. Yo veo la vida azul
y el mundo y los hombres y el alma me resultan un recabar de tonos azules. Me
enamoré de otro azul y me anegué de él. Al leer, tristemente, lo que el
bonaerense opinaba sobre este epíteto al que tilda de `palabreja´ he montado en
cólera. Voceo: ¡vivan los azules y que el poeta los emplee como y donde
quiera! Lo siento, maestro, pero ahí no parto peras con nadie.
lunes, 4 de noviembre de 2013
109/ Cuenta Borges... XXIII
(...de Inquisiciones)
Cuenta Borges a
colación del expresionismo una dicotomía humana en torno a la intelectualidad y lo sensitivo. Vosotros, poetas,
advertid lo que dijo: “El pensativo, el hombre intelectual, vive en la
intimidad de los conceptos que son abstracción pura; el hombre sensitivo, el
carnal, en la contigüidad del mundo externo. Ambas trazas de gente pueden
recabar en las letras levantada eminencia, pero por caminos desemejantes. El
pensativo, al metaforizar, dilucidará el mundo externo mediante las ideas
incorpóreas que para él son lo entrañal e inmediato. El sensual corporificará
los conceptos”. Doy fe de que esto es así. Tal cual. He conocido a hombres
pensantes y a hombres sensuales. Yo mismo fui lo último para, luego, ser pensante
y quién sabe si no habré de volver al origen. Una cosa he podido experimentar en mi todavía corta vida: que uno no llega a ser lo que pretende sino el montante residual y antitético de su pretensión. Maravillosamente lo expresaría Alejandro Jodorowsky: ¡al ser se va por el no ser! Acaso esto
justifique mi literatura.
viernes, 1 de noviembre de 2013
108/ Cuenta Borges... XXII
(...de Inquisiciones)
Cuenta Borges dos
rasgos esenciales y transferibles de la escritura de Herrera y Reissig. Uno: la
conversión en psicología de hechos del mundo aparencial. Sirvan como ejemplo
estos versos: (Y palomas violetas salen como recuerdos/ De las viejas paredes arrugadas y oscuras). Y dos: una
métrica precisa y una temática uniforme. Otra vez Juan Ramón. Pocos poetas
conozco que hablen y no hablen siempre de lo mismo. Hay quien censura esa
uniformidad de obra. A mí, con Borges, me parece una genialidad acrecentada con
esfuerzo creador. Siento alegría al comprobar que el maestro argentino supo ver
lo que yo solo entreví en ciertas tardes de amor peripatético. Entonces leía al
de Moguer y Ella (blanca y rubia, como
luna con sol) estaba en cada verso. Pero dejemos el pasado con el pasado y
cerremos la jaula a las palomas violetas
de las viejas paredes...
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