viernes, 16 de marzo de 2018

280/ "Niños, Gabriel no vendrá más..."

A Gabriel, pescadito azul, traslúcido

Otro Gabriel (Celaya por apellido) ha escrito:

     Educar es lo mismo
     que poner un motor a una barca...
     Hay que medir, pensar, equilibrar...
     y poner todo en marcha.

     Pero para eso,
     uno tiene que llevar en el alma
     un poco de marino...
     un poco de pirata...
     un poco de poeta...
     y un kilo y medio de paciencia concentrada.

     Pero es consolador soñar,
     mientras uno trabaja,
     que ese barco, ese niño,
     irá muy lejos por el agua.

     Soñar que ese navío
     llevará nuestra carga de palabras
     hacia puertos distantes, hacia islas lejanas.

     Soñar que, cuando un día
     esté durmiendo nuestra propia barca,
     en barcos nuevos seguirá
     nuestra bandera enarbolada.

     Pienso, ahora, en tu maestro o maestra. 
     Las estrofas 3ª y 4ª son para ti, alma blanca, entre almas blancas (con este añadido al verso decimoséptimo: “islas lejanas” del reencuentro con tus papás...).
     Sic erit.