A mi pequeña <<superluminova>>.
A Ana, a quien quizá la luz <<parental>> del cielo se lo dijo...
Giulia, te contaré algo, una historia que bien conoces. Pero tal vez no la conozcas bien. Escucha. ¿Te dicen algo estas tres palabras: <<Winkies>>, <<Munchkins>>, <<Quadlings>>? ¿No? ¿Y estas otras: <<Ciudad Esmeralda>>, <<Oz>>, <<Kansas>>? ¿Estas sí? Y si te hablo de un <<Espantapájaros>>, un <<Leñador de Hojalata>>, un <<León>> y una niña llamada <<Dorothy>>… ¿Qué se te viene, entonces, a la cabeza? ¡Exacto!: <<El mago de Oz>> cuyo título original es: <<The Wonderful Wizard of Oz>>. ¿Adónde quiero yo, Giulia, ir a parar con todo esto? Muy fácil: a animarte a <<leer>> este magnífico cuento (L. Frank Baum: <<El mago de Oz>>. Diario EL PAÍS, S.L. Madrid, 2004). No sólo iguala el mismo en calidad a la película del año 1939 protagonizada por Judy Garland: de lejos, la supera.
Giulia: déjame que te diga dos cosas…
Una: que el poder es un arma amenazadora, pero en manos bondadosas, puede convertirse en una magnífica oportunidad de mejorar la vida de los demás.
Y dos: que la compañía (¡y te lo dice un solitario!) es, en líneas generales, mejor que la soledad. Una excepción hay: cuando la compañía que eliges es perjudicial para ti. Esto último es muy importante saberlo.
Ahora, profundizaré un poco en ello…
Primera cosa (el efecto del poder en según qué manos recaiga éste). Mira: el Espantapájaros sin seso, el Leñador de Hojalata sin corazón y el León sin valentía, en ocasiones poseen una buena cuota de poder. ¿Y cómo lo usan? Con bondad y generosidad (sin egoísmo ni deseos de hacer daño a nadie). ¿Resultado? Que ayudando a los demás velan por sus propios intereses. En sentido contrario también es válida la idea: mirando por sus intereses acaban, todos ellos, ayudando a los demás. Esto a un adulto le suena a horroroso <<buenismo>> (todavía es pronto para que tú sepas qué es eso del <<buenismo>> horroroso). A una niña de tu edad podría servirle de estímulo y guía para llegar (como Dorothy) a la Tierra de Oz: un lugar maravilloso en que de una farsa (de un engaño) se derivan tres oportunidades valiosísimas: la capacidad de pensar, la de sentir, la de ser valiente. El mago no es tan honesto como había hecho creer a los <<Munchkins>> (los <<Munchkins>>: el primer pueblo con que se topan en su viaje nuestros cuatro amigos. Más tarde llegarían al de los <<Winkies>> y, todavía más tarde, al de los <<Quadlings>>). El mago es un hombrecillo de carne y hueso que, aunque mago, no es nada honrado (nada honesto). Tampoco tiene superpoderes como había hecho creer a todo el mundo.
Más: el Espantapájaros (sin llegar a tener nunca un cerebro) al final cree que lo tiene y actúa en consecuencia: inteligentemente. El Leñador de Hojalata no tendrá jamás un corazón pero, como al final cree que lo tiene, acaba comportándose como lo haría alguien con un corazón <<bueno>>. El León cobarde ha ingerido un bebedizo mágico que no es otra cosa que valentía en estado líquido, y le ocurre lo mismo: cree que ese bebedizo que injirió es realmente valentía y a partir de entonces actúa como lo haría un león valiente: de manera arrojada y generosa. ¿Moraleja? Fácil: <<Cree en ti y conseguirás todo lo que te propongas>>. Ah, un consejo, Giulia: no dejes que ningún adulto corrija esta frase nunca. La voy a repetir para que la leas (o te la lea tu madre) dos veces: <<Cree en ti y conseguirás todo lo que te propongas>>. Cuando seas mayor tú misma corregirás la frase y se te ocurrirá algo que decir al respecto… Por lo pronto seguirás mucho tiempo aún viviendo en el tiempo más maravilloso de la existencia humana (salvo en algunos casos que no voy a mencionar para que no te pongas triste): la niñez.
Segunda cosa (caminar por la vida acompañada en vez de hacerlo sola; con la única excepción que he apuntado antes): el Espantapájaros, el Leñador de Hojalata y el León (también Dorothy) nunca habrían conseguido superar los obstáculos que encontraron en su camino de baldosas naranjas y otros caminos y áreas selváticas por que discurrieron sus pasos si hubiesen caminado solos. Las virtudes de unos sirven para suplir las carencias de otros. Te pondré un ejemplo. El Espantapájaros está hecho de paja. Nada ni nadie puede hacerle daño porque la paja amortigua todo tipo de golpes y de caídas (su único temor es que alguien con mala baba le arrime una cerilla encendida: el fuego, en ese caso, acabaría con él en un santiamén). Pues bien: un día, Dorothy, el Leñador de Hojalata y el León tuvieron que saltar desde una altura considerable hasta el suelo. ¿Y sabes qué pasó? Que, en esas, el Espantapájaros se tumbó en el mismo suelo y ninguno de sus amigos se hizo daño en su caída libre… La virtud del Espantapájaros (estar hecho de paja) sirvió para suplir la carencia principal de los otros tres en este sucedido (estar hechos de carne y hueso y de latón). ¿Y qué habría pasado si los cuatro hubiesen ido solos? No quiero imaginarlo…
Sin embargo, Giulia, hay algo un poso inquietante en toda esta historia que no sé si contarte o silenciarte. Te lo contaré (con el permiso de tu madre). Y es: que en varias ocasiones nuestros amigos recurren a la violencia para salir vencedores de una dificultad.
Pondré dos ejemplos ilustrativos de esto que te digo.
Uno: (op.cit. pág., 91): <<El Leñador de Hojalata le dio un hachazo y le cortó la cabeza, matándolo en el acto. Tan pronto como pudo alzar el brazo llegó otro lobo, y también cayó bajo el cortante filo del arma del Leñador de Hojalata. Cuarenta lobos había, y cuarenta veces murió un lobo, de modo que al final yacían todos en un montón delante del Leñador>>.
Y dos (op. cit. pág., 91): <<(…) el Espantapájaros (…) lo agarró por la cabeza y le retorció el pescuezo hasta matarlo, y entonces otro cuervo voló hacia él, y el Espantapájaros le retorció asimismo el pescuezo. Cuarenta cuervos había, y cuarenta veces el Espantapájaros retorció los pescuezos, hasta que al final yacían todos muertos junto a él. Entonces llamó a sus compañeros para que se levantaran, y otra vez reanudaron su viaje>>.
Tendremos que investigar acerca del número 40…
Ahora, Giulia, te pregunto: ¿Qué hacemos con la violencia? Yo (seguro que tú también) estoy en contra de todo tipo de violencia. En defensa de nuestros amigos debo apuntar que ellos sólo la utilizan cuando creen que sus vidas corren verdadero peligro. Hay algo que se llama <<defensa propia>> que es muy recomendable emplear llegado el caso (los adultos lo hacen. Los niños también deberíais hacerlo pero, como sois niños, mucho me temo que algunos de vosotros no habéis aprendido todavía a asimilarla y utilizarla correctamente). ¿Moraleja? Fácil también: <<Nunca dejes, Giulia, que nadie te falte al respeto>>. Que nadie ose, jamás, <<acosarte>>. Y si alguien lo hace…: defiéndete con uñas y dientes y pide ayuda a tus padres y a tus profesores (también a tus amigos). Ea, ya está, los asuntos delicados hay que enfrentarlos cuanto antes y éste ha quedado debidamente enfrentado aquí. ¿Sabes? Este asunto me preocupa mucho…
Ahora, Giulia, quédate tranquila: Dorothy (como sucede en la película) consigue regresar a casa con su tía Em y su tío Henry. ¿Y sabes qué? Que los mayores (y algunos niños y niñas) añoramos la tierra que nos vio nacer o crecer o desarrollarnos como niñas y niños, mujeres y hombres, o lo que seamos. También podemos llegar a añorar la tierra de nuestros padres. La de nuestros abuelos. La de nuestros bisabuelos. La de nuestros tatarabuelos. La de… Todo, para saber de dónde venimos. Y quiénes somos. Este tema está muy presente en <<El mago de Oz>>.
Mira, Giulia, lo que escribe L. Frank Baum en la pág. 30 de la edición que yo manejo…
<<El Espantapájaros escuchó atentamente, y dijo:
-No puedo entender cómo puedes estar deseando dejar este hermoso país y regresar a ese lugar árido y gris que llaman Kansas.
-Eso te pasa porque no tienes seso -contestó la niña-. Por muy grises y tétricos que sean nuestros hogares, nosotros, la gente de carne y hueso, viviríamos allí antes que en ningún otro país, por hermoso que fuese. No hay nada como estar en casa>>.
Pues eso: nada como estar en casa. Lo que sucede es que, a veces, nuestro hogar está lejos de nuestra casa… ¡No es tu caso!
Para finalizar este post lingüísticamente desacostumbrado (he rebajado todo lo que me ha sido posible el lenguaje para que tú lo entiendas) te diré tres últimas cosas:
Una. Que el Espantapájaros acabó siendo Gobernador de la <<Ciudad Esmeralda>>.
Dos. Que el Leñador de Hojalata acabó siendo Gobernador del país de los <<Winkies>>.
Y tres. Que el León, por su parte, acabó convertido en Rey de la Selva.
Recuerda ahora, Giulia, lo que te dije sobre el poder…
Nada más, pequeña <<superluminova>>, activa y siempre libre.
Achuchones, pequeñita genial, y besos para tus padres.
Aires de infancia…
Septiembre, 2023.