Francina Armengol, presidenta del Congreso de los Diputados, en su discurso de apertura de la XV Legislatura mencionó a mi añorado (y admirado) Joan Margarit. Varias veces he traído a colación en esta literaria bitácora (a veces, sólo a veces, bitácora con ínfulas filosóficas; excúseme Buda), la obra buena del no menos bueno poeta catalán: Joan Margarit. Pocos contemporáneos suyos (quizá ninguno) escriben tan hondamente como lo hacía él. Su poesía raya en lo portentoso; léase: en lo pragmático. Sí: poesía para la vida cotidiana.
Y cómo con un lenguaje sencillo, plástico y musical (también universal, o casi: el castellano aspira a serlo), fue capaz de ridiculizar sin pretenderlo toda la vanguardia de chichinabo que se agazapa tras los adminículos de micrófono y sombrero en lo alto de las tablas de un garito (por así decir: <<macareno>>...) de la noche sevillana.
(Risas).
Cualquier poema de Joan Margarit (léanlos. No se arrepentirán) representa un mundo en sí mismo. Una vida en sí misma.
He dicho: Cualquiera. Botón de muestra:
LA ESPERA
Te están echando en falta tantas cosas.
Así llenan los días
instantes hechos de esperar tus manos,
de echar de menos tus pequeñas manos,
que cogieron las mías tantas veces.
Hemos de acostumbramos a tu ausencia.
Ya ha pasado un verano sin tus ojos
y el mar también habrá de acostumbrarse.
Tu calle, aún durante mucho tiempo,
esperará, delante de tu puerta,
con paciencia, tus pasos.
No se cansará nunca de esperar:
nadie sabe esperar como una calle.
Y a mí me colma esta voluntad
de que me toques y de que me mires,
de que me digas qué hago con mi vida,
mientras los días van, con lluvia o cielo azul,
organizando ya la soledad.
Resuena tanto tanto a Joana…
Joan, doquiera que estés (¿acaso con Joana?), mi gratitud. Ojalá naciesen más poetas que siguieran tu ejemplo humanista y humanístico. Francina te nombró (sin abuso ideológico; no como sostienen algunos filibusteros de la <<Derechita>> y la <<Derechona>> cobardes en lo político como en lo mediático: qué vergüenza de políticos y de periodistas que les hacen la cama…) y eso la eleva al pedestal de la gente inteligente con un extraordinario sentido literario de la vida. Francina, conjeturo, saboreará la buena literatura…
Vaya también para ti, Francina, mi gratitud.
Entretanto (y sin que sirva de precedente) yo seguiré aquí: <<Echando en falta tantas “tantas” cosas>>…
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