jueves, 6 de febrero de 2025

468/ "Aquí paz y mañana gloria"

Leer un libro malo (o muy malo) de cualquier autor no significativo, cuando el lector es un selectivo de órdago, se convierte en todo un acontecimiento. No es lo acostumbrado. Leerlo (el libro malo) habiendo sido éste escrito por un Nobel de literatura es, me parece, un despropósito del azar perverso. Más aún: juzgo tan fatídico hecho desavenencia (casi) eterna entre el autor del bodrio y el pobrecito lector. 

     También de insalubridad (como de amor; por poner dos ejemplos extremados) se puede morir. El libro que mencionaré a continuación es insalubre (para el alma del lector noble) y de una calidad ínfima (teniendo en cuenta quién lo manufacturó: sí, en efecto, el angelito de marras escribía a mano). Refiero: <<Viaje a la Alcarria>>, del insigne marqués de Iria Flavia don sin don Camilo José Cela Trulock (perdón por la rima), un fastidioso que sabía unir palabras (por lo que le concedieron el mayor galardón habido y por haber, hasta hoy, de las letras universales).

     Uno siempre aguarda calidad (no necesariamente calidez) en las líneas garrapateadas por un Nobel de literatura. Persona y personaje suelen ir por un <<sendero de caminos que se bifurcan>>; personaje y obra, no. En el caso que nos ocupa, creo, obra y persona figuran conjuntamente. Cela, vivo y coleando, parecía malintencionado (contendría la hiel de la mala gente). Yo no sé si era o no era mala gente. Yo sí sé que era un buen escritor (no un genial escritor). Permítaseme que insista: en el caso que nos ocupa (<<Viaje a la Alcarria>>) al lector le queda siempre la ardua impresión de que el narrador es Cela-persona y no Cela-personaje por una sencilla y elocuente razón: porque en don Camilo sin don ambos (personaje y persona) serían una y la misma <<cosa>>. Digo: <<cosa>>, ya que tanto le gustaba al insigne marqués de Iria Flavia cosificar a unos y a otros (más a unas y a otras)…

     Lo diré sin rebozo: una prosa infame; una prosa ridículamente objetiva, una mamarrachada prosística, de la que la inmensa mayoría de lectores (eso parece) gusta y valora (mejor: sobrevalora) por provenir (conjetura mía. Nadie lo dude) del renombrado marqués. No en vano <<Viaje a la Alcarria>> constituye (o ha constituido; ignoro si seguirá o no en la brecha) itinerario lector en no pocos centros educativos públicos de España. ¡Tócate las criadillas! El libro parece escrito por un robot poco avezado (y poco avanzado) tecnológicamente; léase: babieca: sin cariz emotivo, sin profundidad reflexiva (sólo una reflexión digna de mención he hallado entre sus páginas. Esta de aquí: <<En Pastrana podría encontrarse quizá la clave de algo que sucede en España con más frecuencia de la necesaria. El pasado esplendor agobia y, para colmo, agosta las voluntades; y sin voluntad, a lo que se ve, y dedicándose a contemplar las pretéritas grandezas, mal se atiende al problema de todos los días. Con la panza vacía y la cabeza poblada de dorados recuerdos, los dorados recuerdos se van cada vez más lejos y al final, y sin que nadie llegue a confesárselo, ya se duda hasta de que hayan sido ciertos alguna vez, ya son como un caritativo e inútil valor entendido>>), sin belleza plástica. Vamos: un desaliño prosístico en toda regla. O una birria lingüística con una o dos excepciones: <<Cantan los grillos y un perro ladra sin ira. prolongadamente, desganadamente, como cumpliendo un mandato viejo>>; <<El viajero regala una corona de almohadilla al burro Gorrión, y el burro Gorrión mueve el rabo, nervioso como un niño, mientras lo visten>> (se ve que Cela leyó <<Platero…>>. No se le arrima a JRJ, todo hay que decirlo, ni un ápice). Y qué decir de los poemas que el autor introduce, a veces, con calzador (ignoro si extraídos del <<Romancero>> o de factura propia). Una jungla de ripios todos ellos. 

     Después (o, incluso, antes) de <<Ikigai>>, <<Viaje a la Alcarria>> se me antoja el peor libro de cuantos he leído en toda mi vida; y empiezan éstos, ya, a ser legión. Cela no fue un dechado de virtudes éticas, lo sé, lo sé… Pero, ¿y escriturares? Tampoco. Escribió unas cuantas obras maestras de la literatura (<<La familia de Pascual Duarte>>, <<La colmena>>, <<Nuevo retablo de Don Cristobita>>…) y pare usted de contar. La realidad es que su lenguaje no atrapa, no seduce, no zamarrea el alma. <<Viaje a la Alcarria>>, sin duda el peor libro de don Camilo José sin don, asume una victoria entre tantas derrotas: el (por así llamarlo) prólogo: <<La confusa andadura de un libro sencillísimo>> (¡tanto, y tan tonto, que llega a ser simplón! En él el narrador se muestra mínimamente arrepentido (de qué). Escribe ahí, en el prólogo, don Camilo sin don: <<Y aquí termina, si los dioses se me muestran clementes y piadosos, la confusa andadura de este libro sencillísimo y de vida llena de misterios y de atroces (y también dolorosos) vaivenes. La seta del bosque y la tímida flor que crece a la sombra de la más olvidada tapia, tampoco viven en paz (aunque se muestren como la insignia de la paz)>>. 

     Por eso: Aquí paz y mañana gloria.

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