He vuelto a Gabriel
García Márquez. A su literatura. Concretamente Del
amor y otros demonios. Escalofríos. Adulancia. Infaltez. Qué intesidad
mágico-realista e imaginación volcánica al par. Nadie escribe hoy así. El más
granado de los novelistas no se le arrima un ápice. Obra pluri-significativa
con personajes oníricos y verosímiles. Hay uno que susurra frases latinas al
oído de los caballos. Maravilloso... Se llama Abrenuncio. Y del amor opina: [que es]
un sentimiento contra natura, que [condena] a dos desconocidos a una
dependencia mezquina e insalubre, tanto más efímera cuanto más intensa”. ¡Chapó!
Qué pena poder comulgar solo teóricamente con esa idea. Súcubos me emponzoñan
el alma y arrastran con ellos al averno de las pasiones. È così.
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