miércoles, 26 de noviembre de 2014

167/ Anotaciones

Texto: La esfinge. Autor: Edgar Allan Poe. Subrayo: pavoroso reinado del cólera. Nota 1ª: sugestión del protagonista. Sigo leyendo. Subrayo: la mortalidad fue en aumento. Nota 2ª: otra sugestión del protagonista. Sigo leyendo. Subrayo: El mismo aire del mar parecía impregnado de olor a muerte. Nota 3ª: esta idea, creo, se encastilla en un cuento de Gabriel García Márquez. Sigo leyendo. Subrayo: Mi anfitrión, de temperamento menos excitable (…). Y esto otro: (…) entendimiento acentuadamente filosófico (…). Nota 4ª: ¿por eso él no ve al monstruo, por su temperamento menos excitable? Sigo leyendo. Subrayo: (…) ciertos libros (…). Además de: (…) presagios (…). Nota 5ª: ¡otra sugestión del protagonista! ¿Cuántas van ya? Sigo leyendo. Subrayo: (…) presagio de mi muerte (…). Nota 6ª: el detonante de la superstición es el miedo. El detonante del miedo es el error de perspectiva. Sigo leyendo. Subrayo: Mi anfitrión, sin embargo, había recobrado en cierta medida su aire calmado y me preguntó sucintamente por la conformación del ser imaginario. Cuando le hube satisfecho por completo a este respecto, suspiró profundamente, como si se sintiera liberado de alguna carga intolerable y comenzó a charlar, con una calma que me pareció cruel, de varios puntos de filosofía especulativa que hasta aquel momento habían constituido tema de discusión entre nosotros. Recuerdo que insistió muy especialmente, entre otras cosas, en una idea. Decía que la principal fuente de error en todas las investigaciones humanas reside en el riesgo que corre el entendimiento al subestimar o sobrevalorar la importancia de un objeto, solo por la estimación errónea de su cercanía. Nota 7ª: la idea principal no es sino que el valor de un objeto dependerá de su cercanía o lejanía respecto del observador. Me sorprende que el protagonista aireé las bondades de un pensamiento refractario de toda sugestión y el suyo, en cambio, la padezca. Nota final: Poe no ha rayado a la altura. Profunda nostalgia de Ligeia y Berenice. Paso, pues, a otra cosa.  

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