jueves, 6 de abril de 2017

260/ Sencillez. No simplicidad

Últimamente releo más que leo y ya empiezo a sentirme cansado: los versos y frases que enriquecieron mi vida caen al suelo y se despachurran como huevos crudos. No todos. 
     Preciso cambiar de aires. ¿Una novela? ¿Un cuento? ¿Un drama? ¿Un ensayo? ¿Una columna? Cualquier cosa. ¡Pero distinta! ¡Algo sugerente! ¡Algo extravertido! ¿Extravertido? Sí: que impulse no solo a “pensar” y a “sentir” sino a “hacer”. Y no hablo de literatura comprometida. Hoy he releído un poema de Luis Alberto de Cuenca anticipado, en parte, por El Principito de Sant-Exupéry. Éste:

SOBRE UN TEMA DE BÜCHNER

Todos se habían muerto. No quedaba
nadie vivo en el mundo salvo un niño
que lloraba y lloraba día y noche.
La Luna lo miraba tan risueña
que quiso visitarla, pero cuando
llegó a la Luna, vio que solo era
un trozo de madera putrefacta.
Y se fue al Sol entonces, y el Sol era
un girasol reseco, y las estrellas
unos mosquitos de oro diminutos.
Y regresó a la Tierra, que era como
una olla al revés, y estaba solo, 
y se sentó a llorar, y todavía 
sigue sentado y está solo hoy,
llorando amargamente día y noche.

     Sé que el poema copiado no es extravertido. Sé que no es sugerente. Tampoco, distinto. Sé que Luis Alberto es hombre culto y literato y da gusto oírle hablar. Sé que su poesía ha sido (y es) blanco de la crítica. Una broma fina: su Caja de plata (1985) obtuvo el Premio de la Crítica. Sé que quizá aciertan aquellos que tachan sus poemas de “simples”.
     También sé que la oscuridad poética me seduce y convence cada vez menos. Una cosa es la ambigüedad deseable y hasta deseada y otra la oscuridad innecesaria. De un texto debería poder decirse que es formalmente sencillo y profundo y complejo su fondo a la vez. Otra broma fina: lo cual no tiene necesidad de conllevar ausencia de luz. Escribir para todos sobre temas reservados a unos pocos no es imposible. ¿Me llamarán hereje? ¿Me echarán a los leones? ¿Me torturarán en las redes sociales? Da lo mismo. Digo lo que pienso. A veces hasta digo lo que siento. Y ya.   

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