Hoy quiero copiar, aquí, uno de los mejores sonetos que he leído nunca: solo comparable a los que escribió José Antonio Muñoz Rojas, en general, y en particular a Rosa.
Autor: Gerardo Diego. Título: Sucesiva.
Nada hay como “querer en límites pequeños”.
Me callo. El soneto...
Déjame acariciarte lentamente,
déjame lentamente comprobarte,
ver que eres de verdad, un continuarte
de ti misma a ti misma extensamente.
Onda tras onda irradian de tu frente
y mansamente, apenas sin rizarte,
rompen sus diez espumas al besarte
de tus pies en la playa adolescente.
Así te quiero, fluida y sucesiva,
manantial tú de ti, agua furtiva,
música para el tacto perezosa.
Así te quiero, en límites pequeños,
aquí y allá, fragmentos, lirio, rosa,
y tu unidad después, luz de mis sueños.
¿Alguien puede decir más con menos palabras (y con tanta belleza)? No ciertamente.
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