lunes, 16 de enero de 2023

398/ Cartas juanramonianas (V)

ARS POETICA


No hay mejor modo de conocer la poética de un poeta que preguntándole directamente al mentón. Cuando esto no es posible solo nos resta que el poeta haya tenido la feliz idea de escribir sobre ello y, después, darle difusión. Es el caso de Juan Ramón Jiménez. Por suerte. Digo, pensando sobre todo en los críticos y criticones, en los blogueros de capa y espada y eruditos a la violeta que pululan por doquier; en los conjeturadores y cuestionadores desbocados, sin razón de peso que sostenga su cuestionamiento y desboque, su eterna sospecha (mejor: su duda maquiavélica). ¿Exagero un punto? Yo no sé. A partir del instante en que uno lee lo que el autor ha escrito sobre su propia poética debería bastarle para no meneallo más y creer a pies juntillas lo que allí (en el texto en cuestión y seguramente en cuestionamiento) se dice. 

     Y lo que se dice en ese texto (una carta a Luis Cernuda fechada en Washington, en julio de 1943) es lo que sigue:

     <<(…) sobre mi escritura poética o literaria.

     Yo he desdeñado siempre, y más cada día, el “asunto” y la “composición”. Lo que siempre me tienta es la sensación que un fenómeno produce, la inquietud pensativa y sensitiva que queda después del asunto y antes de la composición; y lo que me interesa es libertar sensación e inquietud. (…)

     (…) En cuanto a la construcción, la “estructuración” (¡qué palabreja de la generación ingeniera!), yo no hago el frasco, ni la esencia en el frasco; yo hago la esencia. El que pueda que lo coja. Soy, fui y seré platónico. La expresión alada, graciosa, divina, y nada más, nada menos. Que otros sean los albañiles o los panaderos plásticos del idioma español. Si, como creo, el verbo ha de ser, en el fin tanto como en el principio, es porque es inefable. El libro capital y único que espera Mallarmé será fatalmente corto. ¿Por qué he de hacer yo, lejano Luis Cernuda, lo que pueden hacer tantos? Yo hago lo que sólo puedo hacer yo>>.

     No creía JRJ en la estructuración de la obra. Vale. Yo me atrevo a suponer (sin enmendarle la plana a JRJ; ¡Buda me libre!) que lo que quiso decir exactamente el moguereño es que la estructura de un poema, de un poemario, es algo que se va <<construyendo>> a sí mismo a medida que el poeta escribe. No habría, pues, un plan de estructura preconcebido. Se llama: escritura instintiva. Esto cuadraría bastante con lo que, hasta hoy, hemos podido saber (o creemos haber podido saber) sobre el <<Andaluz Universal>> y su modus scribendi. No es, creo, poco. Juzgue el lector si no.

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