martes, 14 de marzo de 2023

405/ De nuevo, Galdós (II)

<<LOS CAMINOS DE LA LITERATURA SON INESCRUTABLES>>


En ocasiones uno da con un libro por circunstancias que tienen que ver menos con el azar que con el carácter (con el carácter de uno). Quiero decir con esto que <<carácter>>, finalmente, puede ser <<destino>>. Lo sé, lo sé…, no siempre. Anhelar tener conocimientos históricos está más en la órbita del carácter que en la del azar (o flujo del azar: especímenes hay que fluyen con el devenir de los acontecimientos sin oponerles resistencia ni, mucho menos, <<empujarlos>> a su realización final). Leí, la semana pasada, sobre la <<piedra llorosa>>. Lo hice movido por un deseo fuerte de conocer la historia de ese mojón (está en Sevilla) y no tanto porque sí. Algunos creen que se trata de una leyenda. Yo no milito en ese equipo de escépticos. Lo cierto es que la <<piedra llorosa>> condujo mi lectura hacia los <<Episodios nacionales>> de Benito Pérez Galdós; concretamente: <<O´Donnell>>.

     La historia de la <<Piedra…>>, a grandes rasgos, es la que sigue: El 29 de junio de 1857 una marcha capitaneada por el coronel Joaquín Serra y dirigida por Cayetano Morales y Manuel Caro, todos ellos liberales, se echó al monte del Arahal en protesta por la dura realidad por que entonces (y cuándo no) atravesaban el campo andaluz y el español. Con base en este hecho el Presidente del Consejo de Ministros de España, Ramón María Narváez y Campos (Narváez a secas), mandó fusilar a los revolucionarios que se habían envalentonado aventurándose monte través. Un hombre intentó impedirlo: García de Vinuesa, a la sazón, Alcalde de Sevilla. Fracasó de Vinuesa. Quiso, este, deshacerse de su frustración sentándose a llorar en una piedra que halló a su paso por lo que hoy es la <<Puerta Real>> de Sevilla. Dicen que De Vinuesa exclamó: <<¡Pobre ciudad, pobre ciudad!>>, después de los fusilamientos y ya sentado en tan <<legendaria>> piedra…

     Hasta aquí los hechos verídicos.

     Ahora, la secuencia de hechos no menos verídicos que me condujeron a <<O´Donnell>>, de Galdós; muy simple: búsqueda, divagadora, de información en Internet; hallazgo y subsiguiente lectura de un artículo donde se habla de la <<piedra llorosa>>, en cuyo cuerpo (del artículo) se menciona el Episodio Nacional de Galdós: <<O´Donnell>>, que a su vez menciona los hechos históricos en que se enmarca la historia de la <<piedra…>>; localización y lectura del mentado Episodio Nacional con toda su parafernalia y tropel de cascadas lingüísticas tan propio de don Benito…

     Alucinante es poco. 

     Valgan las siguiente líneas para justificar el adjetivo arriba apuntado: 

     <<Cuando se hicieron públicos los graves sucesos del Arahal, una revolución más agraria que política, (…), no podía el buen hombre [don Mariano, personaje del Episodio Nacional que traigo a colación aquí] contener su ira, y en medio de la calle con descompuestos gritos expresaba su protesta contra la bárbara represión de aquel movimiento. (…) Ante el auditorio (…) rompió con estas furibundas declamaciones:

     –¿Qué pedían los valientes revolucionarios del Arahal? ¿Pedían libertad? No. ¿Pedían la Constitución del 12 o del 13? No. ¿Pedían acaso la desamortización? No. Pedían pan… pan… quizá en forma y condimento de gazpacho… Y este pan lo pedían llamando al pan “democracia”, y a su hambre “reacción”… quiere decirse que para matar el hambre, o sea la reacción, necesitaban democracia o llámese pan para mayor claridad… (…)>> (Benito Pérez Galdós. <<Episodios Nacionales>>. Espasa, 2008. Pág., 133). 

     Y heme ahora aquí yo leyendo, con fruición, <<O`Donnell>> varios años después de su llegada a una balda de mi librería…

     ¿Son o no son inescrutables los caminos de la literatura?...

     Pues eso.          

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