jueves, 7 de marzo de 2024

443/ El espejo (I)

Hay poetas que guardan reminiscencias de otros poetas. Poetas, no: poesías. Quiere decirse: la obra poética de algunos poetas contiene reminiscencias de la obra no menos poética de otros poetas. Uno nunca sabe cómo tomárselo: ¿Bien? ¿Mal? ¿Ni lo uno ni lo otro? Lo cierto es que uno, quisquilloso lector, en tales casos siente una especie de zamarreo turbador dentro de su ser quisquilloso. Como si de una <<impureza literaria>> se tratara. O como si algo (¿un cepo?) restase intensidad y valor a la lectura. Todo resulta muy extraño.

     Juan Ramón y Lorca convergieron en un sintagma. Yo ya lo sabía. Yo, hoy, lo he rescatado del fondo negro del olvido. Ha acontecido ello en plena lectura de <<Poesía en prosa y verso (1902-1903) de Juan Ramón Jiménez “escojida” para los niños por Zenobia Camprubí Aymar>> (Diputación Provincial de Huelva, 2008). Y, al rescatarlo, he pensado: ¿Quién lo escribiría antes? Entonces me he puesto, eléctrico, a buscar en la red la fecha de ambos sintagmas no hallando (¡oh tempora, oh mores!) más que una: la del poema de Lorca. Y es: 1928. La de <<El pajarito verde>>, poema también titulado por su autor de esta otra guisa: <<La verdecilla>>, no la he encontrado.

     Tras tanto trajín indagador me ha dado en pensar que, a lo mejor, la cosa carece de importancia. Sin embargo, algo dentro de mí alza su voz y dice que no es así, que la cosa sí reviste importancia…: <<La que uno quiera darle>>.

     Poesía en espejo. O espejo en verso. Tanto monta.

     El sintagma: <<Pelo verde>>.

     Lorca (<<Romance sonámbulo>>): <<Con la sombra en la cintura,/ ella sueña en su baranda,/ verde carne, "pelo verde",/ con los ojos de fría plata>>.

     Juan Ramón (<<El pajarito verde>>): <<Verde es la niña. Tiene/ verdes ojos, "pelo verde">>.

     Una conjetura: el joven halla inspiración en el viejo, y no al revés… 

     En fin.

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