De un tiempo a esta parte pienso un punto en exceso en la utilidad (o inutilidad) del arte. Más concretamente: en la utilidad (o inutilidad) de la literatura. Marito (a saber: Mario Vargas Llosa) dedicó un prólogo entero a esa inquietud del alma que anida en todo fabulador sensitivo; su título: <<La verdad de las mentiras>>. No entraré, ahora, en análisis vanos. Sólo apuntaré brevemente un convencimiento: la sinrazón grande de endosarle al arte (a la literatura) la obligación de ser útil. No, no, literatura y utilidad no siempre van de la manita (refiero la literatura pura o de ficción; la otra, ensayística y/o carente de fantasía e imaginación, chapotea en aguas con un pH espiritual diferente).
En <<Crítica de la razón estética: el ejemplo de J.R.J.>> (Arturo del Villar. Los libros de Fausto. Madrid, 1988) hallo un fuerte espaldarazo a la percepción de la literatura (de la poesía, en este caso, juanramoniana) como algo en última instancia inútil. Y es el abajo transcrito:
<<No hace falta explicar que el artista sublima sus impulsos instintivos por medio de proyecciones simbólicas. Las inquietudes, las preocupaciones, los complejos y los temores pasan al objeto artístico para liberar a su autor de las tensiones acumuladas en su vida. Los conflictos habituales en toda relación vital piden dirigirse contra la salud psíquica en determinadas personas consideradas predispuestas naturalmente a ello, o bien compensarse gracias a la creación artística.
De esta manera, el artista modula sus sueños diurnos para presentar simbólicamente sus pulmones, y si lo realiza con la suficiente habilidad consigue una obra capaz de consolar o producir goce estético a otros. Así, las represiones quedan grabadas en ella, y basta examinarla con atención un momento para descubrirlas>> (op. cit. Pág., 74).
La obra de arte útil per se. No existiría, así, una sola obra de arte que no aportase valor a la vida espiritual o psíquica del Hombre. Juzgo esplendorosa la idea. Pero enseguida me asaltan incertidumbres: ¿Será, la inutilidad, una invención del ser humano? Llegado el caso podríamos afirmar: <<Toda acción produce una reacción>>. ¿Es, esto, suficiente para considerar a pie juntillas que el arte (que la literatura) acaba siendo siempre verdaderamente útil?
Que el lector indague, si lo desea, la respuesta.
Yo, por hartazgo…, ¡a otra cosa!
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