viernes, 15 de marzo de 2013

61/ Exhortación

La jornada 13 de la segunda cuota de 2012 adolecí de un felicísimo hallazgo: El de Omar-al-Khayyam. Algo aconteció. Murmuró el rapsoda: Amor y veneno, Javier, son pintiparados. Yo bostecé. Él prosiguió sin reparar en mi procaz indolencia: Pondera una mujer de níveos senos de quien guardes enamorarte. Y anexó: Ella, ídem, habrá de rehuir enamorarse de ti. Esbocé una holgada sonrisa y me agencié la exhortación. Hoy arribo de nuevo a puerto persa: El de la página 266 (Ed. Planeta) de Gárgoris y Habidis. Departe el bardo y astrónomo barbado: El cielo se muda en linterna mágica. El Sol es la llama, el Universo la lámpara y nosotros pobres sombras que vienen y van. Cavilo: Así la Vida. Le inquiero: ¿Y la Muerte? Él calla y se desternilla en lontananza. Yo escudriño mi contorno. Ya no evoco a la mujer de níveos senos. Serenamente me basto y sobro conmigo.  

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