miércoles, 3 de abril de 2013

65/ Juramento

De vez en vez (con h) hojeo Las pasiones del alma (Descartes). Paulatinamente voy pergeñándome una traslúcida idea sobre este tratado. Hay en él una deducción inverosímil y, al par, esperable: la psicosomática de las pasiones. Cuerpo y alma tejerían, entre sí, una urdimbre de vasos comunicantes. La teurgia de aquel hechizaría la insustancialidad de esta. 

     Exclamo: ¡Ufa! 

     Concluyo: por menos enfermo de morriña y me obnubilo, ambulo por el mundo al birlibirloque, hago añicos a uno que otro prójimo… Perdóneseme. 

     Cavilo: pondré tierra por medio entre lo apolíneo y lo dionisiaco. Afortunadamente solo idolatro a Juan Ramón, Borges, Velázquez y Mozart (también Beethoven). 

     Vayan, aquí, mis seudo-desgarros. Considérelos, quien lo tenga a bien, propósito de enmienda o alegre juramento.

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