viernes, 26 de abril de 2013

68/ Una lid

Lo social versus lo psíquico. Indago: ¿A qué ton me zumban los tímpanos? Asevera Dragó en su archiglosado Gárgoris y Habidis: “La clave de cada crisis (…) está en la psique del hombre (…). Ahí la busca (…) casi siempre el artista, de tarde en tarde el psicólogo (…) y rara vez el filósofo. Pero nunca (…) el científico o el economista (…)”. Cabría argüir que el sufrimiento pertenece al labrantío de lo subjetivo. No al de lo objetivo. O (tanto vale): Que sufriría quien siente y no quien cavila. O (lo que resulta pintiparado): Que quien sufre sería porque lo anhela. Asqueroso corolario. Luego viene la Psicología Cognitiva de John B. Watson a enunciarnos: Sentimos (prestad atento oído a esta mojiganga de fe) lo que pensamos. Como lenitivo está requetebién. Yo, me parece, cavilo lo que cavilo y siento lo que siento (en ello, no obstante, me asiento). Y ambas anillas no tienen por qué formar cadena. Un par de lustros me ha llevado arribar a tan hoderna resolución. Ya sé que, malhadadamente, devengo babieca de capirote. Redondeo: ¿Y qué?        

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