martes, 26 de noviembre de 2013

115/ ¿Una ventaja?

La narrativa de Umbral raya en lo (maravillosamente) obsceno. Memorias borbónicas ejemplifica lo que digo. Más allá de la página ochenta esa obscenidad empalaga. La novela aludida rezuma maestría en el uso de la hipérbole y del porno-erotismo; no de la magia. Hecho que dispensa a su autor el dudoso privilegio de desparecerse a Gabriel García Márquez. Éste exagera y ¿porno?-erotiza poéticamente; aquél, socialmente. Nada que ver. 

     Al leer las “Memorias” de Paco he pensado en los libros de Gabriel: lo social emborrona lo mágico. Si Márquez me fascina, Umbral me anonada. Quisiera escribir como el primero, ambientar mis novelas como el segundo, imaginar la vida como ambos y como ninguno acabarla: conocer el destino de alguien puede devenir suficiente para estar uno en paz consigo mismo. Ignoro si esto último es vituperable.

martes, 19 de noviembre de 2013

114/ Adivinatorio

En La agonía del cristianismo Unamunillo da rienda suelta a sus argumentos cabezona y sentimentalmente. ¡Gustaba Miguelón del dualismo! Oposición que engendraría una tercera realidad: la contradicción con valor en sí misma. Acá (en La agonía…) nos habla de Evangelios; en el cuarto, se encastilla el motivo de la condena de Cristo a cargo de escribas y fariseos. Unamunillo lo cifra en el antipatriotismo. Leed: “Se reunieron (…) los fariseos en concejo y dijeron: `¿Qué vamos a hacer? (…) si le dejamos así, todos creerán en él y vendrán los romanos y nos suprimirán el lugar y la raza´. Y uno de ellos, Caifás, que era el sumo sacerdote de aquel año, les dijo: `Vosotros no sabéis nada, ni pensáis que os conviene que muera un hombre por el pueblo y no que perezca toda la raza´”. Pregunto: ¿La judía? 

     Corría el año 1924 cuando Miguelillo casi-cura-brujo Unamuno entregó a la imprenta la mencionada obra. El nacionalsocialismo alemán brotó en 1933. Ocho años después, en 1941, principiaría el Holocausto o Solución Final. Rehúso arrinconar el pensamiento que dicta que todo lo por venir está en los libros (en cientos de miles de millones de volúmenes). ¿No encerrarán, éstos, una clarividencia verbal e inaudita? Aprendamos, pues, a descifrarla. Y que el azar nos conduzca a ella cuando la inspiración racional nos embargue. Y que nos alcance el espíritu para tales niveles de exigencia intelectual. ¡Demasiadas condiciones! No sin innumerabilidad ahí fuera (o acá dentro) están los libros (olorosos a letra viva)… Probablemente hoy se esté escribiendo, en una de tantas páginas, la hecatombe del mañana.

miércoles, 13 de noviembre de 2013

113/ ¿Tardíamente precoz?

El universo lorquiano continúa alimentándome. Hoy, 4 Piezas Breves. A saber: El primitivo auto sentimental: fábula cuyo tema álgido radica en la peregrinación de las almas hacia el Más Allá; Del amor. Teatro de animales: fábula `deshumanizada´ que desarrolla el tema de la “rebelión contra la injusticia”; Sombras: farsa donde hay tensión entre “el deseo y la razón y la desesperación y el escepticismo”; Jehová: farsa, inconclusa, que hace hincapié en Dios y El mal y El hombre grotescamente. Todas ellas las aireó Federico en 1918, 1919, 1920 y puntos suspensivos. O sea: precozmente. El dramaturgo fue arrojado a la luz el año 1898. Con veinte, veintiuno y veintidós de nacido ya ejecutaba tales prodigios. No son bosquejos ni intentonas fallidas. En estos dramas hay oficio y embrionaria evolución teatral. Otros despuntarían antes auspiciados por la imprudencia. Pregunto: ¿Con la maestría del granadí?…

     ¡No hay que correr!, dicen algunos, y en rigor es verdad. Sucede que existen quienes son de natural chispeante y explosivo y cuya metralla salpica al mundo (la mirada perdida en la levedad del ser; desgarbados (a veces); con caminares excéntricos (no siempre). A estos suele llamárseles… genios.

     ¡Y punto en boca, hombre ya!  

lunes, 11 de noviembre de 2013

112/ Contra natura

He vuelto a Gabriel García Márquez. A su literatura. Concretamente: a Del amor y otros demonios. Escalofríos. “Adulancia”. “Infaltez”. Qué intensidad mágico-realista e imaginación volcánica al par. Nadie escribe, hoy, así. El más granado de los novelistas no se le arrima un ápice a Gabo. Obra, la suya, pluri-significativa con personajes oníricos y verosímiles. Hay uno que susurra frases latinas al oído de los caballos. Se llama Abrenuncio, y del amor opina: <<[Que es] un sentimiento contra natura, que [condena] a dos desconocidos a una dependencia mezquina e insalubre, tanto más efímera cuanto más intensa>>. ¡Chapó! Qué pena poder comulgar sólo teóricamente con esta idea. Súcubos me emponzoñan el alma y arrastran con ellos al averno de las pasiones… È così. Ay.        

miércoles, 6 de noviembre de 2013

111/ Brrr

La indignación me embarga lastimeramente. Sin ambages: he leído dos novelas cortas, negras, de Manuel Vázquez Montalbán. Mi veredicto no puede ser más encontrado y angustioso: un bodrio. Conste que catalogo sin iracundia y sin vanidad de autor. Ya todo me da lo mismo. Soy un lector libre. Libérrimo. O insubordinado. Lo repetiré: lector libre y libérrimo o insubordinado. Y digo con voz alta y clara que no logro topar con un libro moderno, o relativamente moderno, que siquiera roce alturas de jilguero…

     Ambas novelas, encastilladas en Historias de política ficción, airean clichés y estereotipos emulando las de Agatha Cristhie; sin hondura, los personajes; tramas poco hiladas; argumentos tediosos. Hasta hace una de ellas apología del descaro: el detective pronuncia el postrer y famoso y dilucidador soliloquio ante los asesinos al estilo de la señora Fletcher. Lo ya apuntado: irrisorias y ridículas historias (a no ser que fuesen concebidas para un público juvenil que ha leído poco. O ni por esas).

     Confieso: es la primera vez, junto a cuando leí Al fin libre de J. J. Benítez, que he experimentado la inquietante sensación de perder el tiempo leyendo. Brrr. 

martes, 5 de noviembre de 2013

110/ Cuenta Borges... (XXIV)

(...de Inquisiciones)



Cuenta Borges, citando a san Agustín, la siguiente preciosidad: In verbis verum amare non verba. En román paladino: Apreciemos la verdad por encima de la palabra. Lo dicho va radicalmente en contra de mis creencias formalistas y lo pondero con gusto. Algo en mí se está mudando. Parece que el maestro no predicó con el ejemplo en Inquisiciones: libro atiborrado de forma y de significantes y de verdad. Otro tropiezo es el relativo a atizar de lo lindo y con brevedad a las palabras Misterio y azul. La primera me es más ajena aunque encierra una “certeza” que me toca dentro. Escribe Borges: <<Tampoco hemos de arrimar la poesía (…) a la mística (…) e imaginar que (…) equivale a un hallazgo de afinidades ocultas y parentescos escondidos; (…) equivócanse de medio a medio los que creen en el alma de las cosas>>. (Ortega, Juan Ramón y María Zambrano ambulaban en sentido contrario. Sé que Borges alude antes a la metáfora y conjeturo que la mística le era, en efecto, cara). Y en cuanto al término segundo: <<Apareado a nombres abstractos el adjetivo azul nada dice>>. Yo veo la vida azul y el mundo y los hombres y el alma me resultan un recabar de tonos azules. Me enamoré de otro azul y me anegué de él. Al leer, tristemente, lo que el bonaerense opinaba sobre este epíteto al que tilda de <<palabreja>> he montado en cólera.

     Voceo: ¡Vivan los azules y que el poeta los emplee como y donde quiera! Lo siento, maestro, pero ahí no parto peras con nadie.

lunes, 4 de noviembre de 2013

109/ Cuenta Borges... (XXIII)

(...de Inquisiciones)



Cuenta Borges, a colación del expresionismo, una dicotomía humana en torno a la intelectualidad y lo sensitivo. Vosotros, poetas, advertid lo que dijo: <<El pensativo, el hombre intelectual, vive en la intimidad de los conceptos que son abstracción pura; el hombre sensitivo, el carnal, en la contigüidad del mundo externo. Ambas trazas de gente pueden recabar en las letras levantada eminencia, pero por caminos desemejantes. El pensativo, al metaforizar, dilucidará el mundo externo mediante las ideas incorpóreas que para él son lo entrañal e inmediato. El sensual corporificará los conceptos>>.

     Doy fe de que esto es así. Tal cual. He conocido a hombres pensantes y a hombres sensuales. Yo mismo fui lo último para, luego, ser pensante y quién sabe si no habré de volver al origen. Una cosa he podido experimentar en mi todavía corta vida: que uno no llega a ser lo que pretende sino el montante residual y antitético de su pretensión. Maravillosamente lo expresaría Alejandro Jodorowsky: <<¡Al ser se va por el no ser!>>. Acaso esto justifique mi literatura.

viernes, 1 de noviembre de 2013

108/ Cuenta Borges... (XXII)

(...de Inquisiciones)

    


Cuenta Borges dos rasgos esenciales y transferibles de la escritura de Herrera y Reissig. Uno: la conversión en psicología de hechos del mundo aparencial. Sirvan como ejemplo estos versos: (<<Y palomas violetas salen como recuerdos/ De las viejas paredes arrugadas y oscuras>>). Y dos: una métrica precisa y una temática uniforme. Otra vez, Juan Ramón. Pocos poetas conozco que hablen y no hablen siempre de lo mismo. Hay quien censura esa uniformidad de obra. A mí, con Borges, me parece una genialidad acrecentada con esfuerzo creador. Siento alegría al comprobar que el maestro argentino supo ver lo que yo solo entreví en ciertas tardes de amor peripatético. Entonces leía al de Moguer y Ella (<<blanca y rubia, como luna con sol>>) estaba en cada verso. Pero dejemos el pasado con el pasado y cerremos la jaula a las <<palomas violetas de las viejas paredes>>...