Un olvido inexcusable
José
Moreno Villa dejó escrito: “Todos vivimos/ huyéndonos./ La vida es/ la careta
del miedo.” Y de seguido: “Cada hora/ es un crepúsculo nuevo./ Cada hombre,
cada cosa,/ un viajero/ que, por salvar su órbita,/ huye triunfante o
maltrecho”. Lo que acabo de transliterar son los diez últimos versos del poema Postración. Se halla ubicado éste en el
poemario Colección. Y fue publicada,
tal obra, el año 1924. Abro paréntesis. ¿Por qué es, hoy, ninguneado JMV? Su
deje al cantar no deja indiferente a nadie. No es enrevesado su discurso. No es
oscuro. Frecuentó la métrica sin estridencias ni alharacas ni saltos mortales
carentes de red. Era, por lo demás, poetaluz:
de Málaga para más señas. Cierro paréntesis. Rafael de Cózar Siervet afirma de
Moreno Villa que desempeñó un relevante papel en la década de los años veinte y
treinta de la pasada centuria. Y que ello no le sirvió para ser descatalogado
del catálogo de secundarios. Sinceramente: no acabo de entender esto. No desde
punto y hora en que hay creadores de lo mediocre (¿automatizado?) aupados al
pedestal rocoso e inaccesible (solo a veces) del triunfalismo. Resulta
grotesco. También es cierto que Moreno Villa no hizo ascos al, para mí,
execrable y lamentable surrealismo. Exclusivamente me refiero al literario. Léasele
a JMV y disfrútesele en consecuencia. Fue y será per omnia saecula saeculorum un gran rapsoda.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.