lunes, 25 de mayo de 2020

321/ A diestro y siniestro

OPINIÓN

Ser de la Izquierda es, como ser de la Derecha, una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil: ambas, en efecto, son formas de la Hemiplejía moral (José Ortega y Gasset)

De un tiempo a esta parte no puedo evitar pensar que la ideología es el mal mayor de la especie humana. Yo entreveo dos discursos envenenados en el mundo. Uno: el mediático. Y dos: el político. Los (H)unos y los (H)otros se emplean y empeñan en hacernos comulgar con ruedones de molino del Siglo de Oro. Cada jornada hay oportunidad de comprobar esto que vengo sosteniendo. Donde he dicho `mediático´ digo “periodismo y periodistas” y donde `político´, aquí a secas, “partidos”. Los periodistas: columnistas y tertulianos (algún escritor hay). Ya saben: blablablá a mansalva. O: ratatá a tontas y a locas. Rellenar espacio resulta dificultoso. Mucho. Démosle el mérito que merecen. Pero para `partidos´ los políticos partidos. Partidos, estos, por el meloso poder (plata. ¿O debiera decir: grana y oro?) y por esa dolencia que voces agoreras y viperinas dan en llamar: “Gastroeconomititis”. Uno de sus síntomas es irse por la pata abajo el adepto al estado de bienestar en tanto que el hacedor del mismo tose y estornuda y permanece en una cama de Hospital y hasta parece que respira y habla con dificultad y se le han henchido las gónadas masculinas (testículos) o femeninas (ovarios). ¡Quite, quite, la huchaca llena y después departimos de lo que usted quiera! Empiezo a considerar en su amplitud semántica lo que decía mi abuelo: “Vine en cueros y estoy vestido. ¿Qué más puedo pedir?”. Nada. El precio devendría demasiado caro: tumbada no a la bartola en cualquier hamaca del Caribe colombiano sino en un camastro frío de Hospital españolito y acechado por la Parca. Perdónenme la digresión. ¡Yo he venido a hablar de mi libro! Mejor todavía: de un extracto del libro (soporífero y convencional y cansino y más de lo mismo y erre que erre con la burra al trigo y yo no sé si bestseller) de otro. Su título: La carta esférica (Arturo Pérez Reverte). ¡Al menester! El extracto: “Era el nostos de los héroes homéricos: el retorno y la soledad de los últimos guerreros que regresaban a casa tras la batalla, para ser asesinados (…) o perderse en el mar, víctimas de la cólera [léase: de la COVID] y el capricho de los dioses”. Sí: refiero los sanitarios. ¿Primarán ellos la economía sobre todo lo demás? Permítanme que me rasque, perplejo, el cogote y emita un “ay” desgarrado y juicioso. Arrojaré un típico tópico de cierre: ¡Esto es España!

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