martes, 25 de septiembre de 2012

26/ Amor inteligente

Largo lamento. Pedro Salinas. La estrofa 3ª de “Dueña de ti misma” alude al hado. Usualmente cavilo en las dicotomías destino-carácter, carácter-destino. Que yo forje mi propio albur no me persuade. Acaso posea el carácter que el azar (¿Dios?) haya tenido por bien atribuirme. Enrique Rojas parió El amor inteligente en 1997. La obra refrenda lo que a los cuatro vientos proclamó el poeta: “Se hace camino al andar”. Cuando la descifré (trotaba 2004) creí ser un excéntrico: A la sazón “amor” e “inteligencia” eran, para mí, términos divorciados. Hoy los juzgo en perfecto enlace matrimonial. Tal “pasión” y “tontura” o, de suyo, “afecto” y “emoción”. Buda y Krishna y Jesús de Nazaret impregnaron de filosofía mi espíritu. Inferí que ambular por la vida y engrosar requería frecuentarles.   

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