Rousseau cortocircuitó, anteayer, mi duermevela. Con larga cita. Brota ésta de su Discurso sobre el origen y fundamento de la desigualdad entre los hombres. No la transcribiré. Viene a decir que la Naturaleza del hombre peca, en parte, de artificiosa. Entonces pregunté a mi álter ego: ¿Qué hay de natural en mí? ¿Qué, de artificioso? Responder implicaría aprehender nuestro ser más hondo. Ignoro si eso engloba allegarnos al Otro.
Rousseau habla de un estado de Naturaleza. Indago: ¿Es que cada hijo de vecino comparte esencia con su prójimo? Y, ¿es que resulta mancomún el tronco de que brotaría la 1ª persona del plural? De lo natural se desgaja, a veces, lo salvaje. ¿Y de lo artificioso?
Concluyo: el hombre (sintético) camina hacia el androide idiotizado. Se solaza con video-con-solas, emerge de nuestras con-ciencias.
Voceo: ¿Sobre qué riscos anhelamos despeñarnos? ¿No habría, pienso ahora, que evolucionar?
Elucúbrese.