martes, 18 de marzo de 2014

128/ De JRJ (I)

Leo Idilios. Otra vez, y cuantas más veces mejor, Juan Ramón Jiménez y su obra todavía en marcha para toda una legión de lectores (entre los cuales felizmente me hallo). A lo que iba… Hay en el haber del título arriba enunciado un poema, Invierno, que dice: <<Los dos, sí, los dos…// El fuego/ agradable y rosa, empieza/ a lamer la pared íntima,/ con sus elásticas lenguas./ La lámpara está apagada./ Ya hemos cerrado la puerta.// Y, abrazados, tú riéndote,/ ojos y labios se besan…/ Los dos, sí, sí; los dos dentro…// Mas ella se queda fuera>>.

     ¡Rudo golpe asestado contra mi plexo solar! Nunca Ella se queda fuera… Qué más quisiera y anhelara yo que Ella pudiera no ya quedarse sino estar esporádicamente fuera… Para que hubiese lugar a eso habría yo de saltar por la borda del buque de guerra de la vida y abandonarme a las gélidas aguas del océano que mantienen a flote al susodicho navío o a los integrantes de la no menos susodicha subdivisión marítima provistos de escamas para respirar y de aletas para nadar…

     No. Tal cosa es imposible hoy por hoy como imposible fue ayer y no sé si lo será mañana. Yo no estoy en disposición de saber qué (o qué no) ocurrirá a partir de este mismo instante. El hombre propone y la vida dispone. ¿Y no será que donde digo <<hombre>> digo <<poeta>>, y donde <<vida>>, <<destino sentimental>> o <<azar pasional>>…? Ay.

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