Los Diarios de Zenobia siguen zamarreándome por las noticias de que dan sobrada cuenta. Incluso diría más: minuciosa cuenta. Juan Ramón Jiménez Bayo, hijo de Eustaquio Jiménez Mantecón (hermano de Juan Ramón Jiménez), fue muerto en la guerra incivil española del 36. Concretamente en el frente de Teruel. Más concretamente: en los campos de Alfambra (el 15 de febrero de 1938). Tenía veintidós años. Jiménez Bayo gozó de gran popularidad en Moguer porque colaboró <<en actividades meritorias>> en el pueblo. Por ejemplo: fue redactor del semanario independiente <<Apolo>>. Una calle de Moguer lleva su nombre...
El muchacho, al parecer, escribía cartas en el frente. En una de ellas puede leerse: <<Patriotismo, religiosidad, valor sereno, ansias de una España mejor, fe plena en sus ideales sanos…>>. Así era el pensamiento del joven Alférez (rango militar que ostentaba Jiménez Bayo por entonces).
Pues bien: los nacionales publicaron un recorte en el que aseguraban que el poeta Juan Ramón Jiménez <<(…) Hizo (…) una declaración a los periodistas diciendo que las partes que luchan en España deben ser llamadas leales y desleales, claro que él reserva el calificativo de desleales para nosotros. Lo que quisiéramos que nos dijera es cuánto le han pagado por sus declaraciones>> (<<J.R.J. Guerra en España (1936-1956)>>. Seix Barral. Barcelona, 1985. Págs., 196-97).
Zenobia escribe en sus Diarios refiriéndose a esta sincronía y cuando Jiménez Bayo permanecía todavía con vida, aunque herido, lo siguiente:
<<23 de marzo [de 1938]. Miércoles
Vinieron dos cartas en el correo: una de Guerrero y la otra de Eustaquio. Como el primero parece estar por ahora ene el lugar más peligroso, leímos su carta primero y todo está bien, tan bien como se puede estar en medio del terror. Después la carta de Eustaquio y en un momento nos hundimos en un mar de tristeza. Juanito está herido. La carta tenía fecha de “febrero” y acababan de recibir la noticia. Eustaquio no sabía los detalles. En un recorte adjunto calumnian a J.R. falsa y vilmente ahora que les ha llegado la noticia de que simpatiza con el gobierno. Lo siniestro y horrible para nosotros es que estas dos cosas han pasado juntas>>.
Más adelante Zenobia deja sentada la idea de que JR vislumbraba la sospecha de que entre ambos sucesos había una relación de causalidad. Imaginar la desolación que el poeta y la autora de estos diarios debieron experimentar en esos días y por este hecho particular se me antoja una ardua labor… por inconcebible.
Como inconcebible juzgo el hecho de que un hombre tan honesto como JRJ acepte dinero por hacer unas declaraciones a favor de un bando en una guerra. Inconcebible, no. Sencillamente demencial. Así las gastaban algunos. Ay.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.