Confesar algo es desprenderse de ello.
Este juicio toma asilo en la página 126 (Debolsillo) de El informe de Brodie. Cavilo: Expulsar sustancias nocivas (de un modo catártico) deviene necesario. Qué sería, si no, de los narradores, de los poetas, de los actores… (Egos).
Acaso deberíamos escribir la vida con renglones oníricos (no necesariamente <<torcidos>>). De esa forma la ejecutaríamos y no narraríamos. Tampoco la poetizaríamos ni representaríamos… Dejaría ésta, sencillamente, de escocer; y la catarsis, de tener sentido.
Tómese como veleidosa conjetura lo enunciado. De lo contrario (si se toma como certeza) nos abocaría a un mundo comandado por robots; psicopático. Y un mundo así no es deseado (ni deseable) por nadie. Pero un mundo así, sin embargo, está por venir. O mejor aún: ha llegado. Oh tempora, oh mores.
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