Prosigo con: Vipassana. El camino de la meditación interior. Dos postulados. Uno: quien examina en profundidad es ajeno al rechazo. Otro: la fugacidad del momento presente proyecta un regocijo interior inigualable. “El beneficio rápido de la pérdida”, de Rilke, encerraría el segundo axioma.
Concluyo: quien aprehende la fugacidad de la vida deviene inepto para rehusar nada. Ignoro cuál es la causa y cuál el corolario. Juzgo originaria la visión honda de los fenómenos; posterior, admitir la fugacidad del instante; último, la ausencia integral del rechazo.
Todo muda. Vetar, cuando nada subsiste en el tiempo y en el espacio, es absurdo. Solo el cambio deviene eterno.
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