Anteayer visioné un reportaje periodístico sobre Fogwill. Hoy finiquito mi lectura del Canto a mí mismo de Walt Whitman. Rubricado este, atención, por León Felipe. El bardo zamorano lo prologa y parafrasea. Canta León-Whitman en Canto… a que hay que arremeter, sin lloros, contra la ola. Los poetas líricos solemos ahogarnos en las procelosas aguas de la aflicción. Fogwill resolvió levar anclas y se echó al océano de los provocadores. Ad perpetuam permaneció vigilante. Conjeturo: El yo y la plenitud ambulan por separado. Tanto sentimentalismo verbal, a la he, me hastía. Basta ya de pesadumbres. Inquiero: ¿Dónde radica el optimismo? No más automatismos. Ni más iteradas transgresiones. O, lo que tanto monta, insulsa libertad creativa. Conste que todo esto me lo sugiero, recrimino y espeto a mí mismo.
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