Kasida del olvido. Joaquín Romero Murube. Un botón: “Algún día lo diré/ sin saber cómo lo digo./ ¡Qué no hay palabras!// Es un gozo sin motivos./ Es la vida que se pone/ alegre y clara”. Otro: “¡Qué angustia de pena sorda/ metida dentro del pecho!/ Es mi casa y es mi patio,/ sin embargo, tú, ¡qué lejos!”. El ojal: “La luz de la tarde abría/ navajas sobre tu pelo”. El hilo: “Crujen auras navegantes/ sobre el cauce del silencio./ Y el mundo rueda al abismo/ ante un reloj descompuesto.// ¡Ay amor si tú volvieras,/ amor de amor y de miedo!” La prenda: Muerte anhelada y temida con que Joaquín Romero goza y se aflige. Conjeturo: El poeta oscila el látigo de la vocación. Cavilo: Bien la conozco. Remato: Ad perpetuam Joaquín.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.