8/ Amicísimo trovador
Tus legajos, Miguel, arribaron a Quesada. El Consistorio de Helche les ministró libelo de repudio. Ahora subsistirá sin tus haraquiris. Sin tus caligráficos desgarros. Sin tus negros sobre blancos emborronados. Coyunturas políticas y económicas se erigieron óbice. Andalucía mudó a paisaje postrero y cautivo. Pugnaste en el frente de Jaén y en el de Córdoba. Queipo de Llano enarbolaba su fusil: Los muros del Alcázar hispalio se tornaron tu parapeto. Joaquín Romero Murube tramitó el bolado. Voceo: Que los andaluces de Jaén, aceituneros altivos, se deleiten con tu corazón. Lo guarezcan. Lo traten con despejada frente y con regalo. Le dispensen vanaglorias a tituplén. De lo contrario, Miguel, fenecerías dos veces. Injusto a toda luz.
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