jueves, 27 de diciembre de 2012

49/ Recitador señero

Un poeta afirmó que la contemplación es horma del amor. Mercedes de Velilla juzgaba independientes sendos actos: Amar y contemplar. 

     Y mirar difiere de contemplar. Lo primero implica ojos. Lo segundo, mente y espíritu. Lo mismo acaece con la lectura y el recital. No se lee, conjeturo, de adentro a fuera. Ni de afuera a dentro se recita. Declamar conlleva exponer el orbe en las declinaciones vocales. O en la cadena fónica. Un recital deja de incumbirme desde sus inicios… No considero sino señero al recitador.

martes, 25 de diciembre de 2012

48/ Orgullo

Hace unos días finiquité mi lectura de La perla (John Steinbeck). El prologuista, Jesús Pardo, considera la codicia uno de tantos instigadores del drama. Discrepo profundamente con él. El fallecimiento de Coyotito (vástago del héroe; encarna el drama de la novela) sobreviene por otro motivo… Pasión anquilosada en los genes de una raza: Orgullo. Se desata éste y convierte a Kino (héroe) en maltratador y en asesino. Kino agrede a Juana (su esposa). Liquida, me parece, a varios individuos de La Paz…

     Toda perla (concreción casi esferoidal) deviene tesorería si se enajena a buen postor. No escatima, por lo demás, posibilidad de futuro inmediato. Lo triste es que tras esa expectativa late un corazón resentido… Es entonces cuando despunta el orgullo de raza. 

     La perla, novela corta y experimentada, exhala oficio. Rara vez he tenido ocasión de enfrentarme a un texto tan intenso. Solo lamento sus veinte últimas páginas. Paisajísticas son éstas. Ochenta y dos conforman la obra. Sesenta y dos, como refiero aquí, jamás se podrán olvidar. Y eso, creo, ya es muchísimo.

     Larga vida a La perla.

viernes, 21 de diciembre de 2012

47/ Poesía sencilla

La melancolía (y la tristeza mudada en ésta) deviene dadora de arte. Melancólicos conspicuos han rolado, en cada época, la dirección de los vientos.

     Mercedes de Velilla engrosaba ese colectivo… 

     Leo: “Mas así como tú dejas al irte/ los seres sin calor, las flores lacias,/ así también mi sol, cuando se aleja/ ¡ay! me deja sin vida y desolada.” 

     Releo: “Venid; que si mis cantos se extinguieron/ del arpa muda entre las cuerdas rotas,/ en lágrimas después se convirtieron:/ lágrimas os daré… con esas notas/ siempre las almas tristes se entendieron”. 

     Aquí no se pretende simular belleza y hondura con juegos verbales malabáricos: no se trata de poesía post-moderna; sí, de poesía sencilla (y no, por ello, simple…). 

     Mercedes: me prosterno ante ti.

martes, 18 de diciembre de 2012

46/ Bella carroñera

El teatro me subyuga. Afanosamente descifro cada obra. Hoy: La gaviota de Chéjov. De impecables y certeros diálogos adolece. Es compleja y es maestra. Aborda un notable abanico de temas. Yo no sé si Antón P. Chéjov frecuentó a Ortega y Gasset. El Hombre Masa orteguiano está presente en sus páginas. Sale airoso. Matizaré ahora: no es vilipendiado. 

     Perece quien camina en sentido adverso a la Masa. Y quien ama. Y el pesimista… 

     Chéjov gustaba del conflicto habido entre optimismo y pesimismo. Álvaro del Amo lo consigna en el exordio. Para el dramaturgo de Tanganrog “vivir sería luchar contra la desesperación”. 

     En La gaviota se airea una trifulca entre pasado y porvenir. De la renovación del arte se ocupa. Del amor pasional y destructivo se departe. Y de neurastenia. Y de sentimientos incisivos. Y de crisis de valores burgueses. Y de melancolía intelectiva… Todo inmerso en una atmósfera grupal. 

     Iván Turguenev constituiría el antecedente directo de Chéjov; el consecuente, Máximo Gorki

     Esta gaviota, la de Chéjov, no se equivocaba…

sábado, 15 de diciembre de 2012

45/ Gozada aflicción

Kasida del olvido (Joaquín Romero Murube). 

     Un botón: <<Algún día lo diré/ sin saber cómo lo digo./ ¡Qué no hay palabras!// Es un gozo sin motivos./ Es la vida que se pone/ alegre y clara>>. 

     Otro: <<¡Qué angustia de pena sorda/ metida dentro del pecho!/ Es mi casa y es mi patio,/ sin embargo, tú, ¡qué lejos!>>. 

     El ojal: <<La luz de la tarde abría/ navajas sobre tu pelo>>. 

     El hilo: <<Crujen auras navegantes/ sobre el cauce del silencio./ Y el mundo rueda al abismo/ ante un reloj descompuesto.// ¡Ay amor si tú volvieras,/ amor de amor y de miedo!>>. 

     La prenda: muerte anhelada y temida con que Joaquín Romero goza y se aflige. Conjeturo: el poeta oscila el látigo de la vocación… Cavilo: Bien la conozco…

     Remato: Ad perpetuam, Joaquín.

lunes, 10 de diciembre de 2012

44/ Vetusto Freud

Experimento, me parece, las tres fuentes freudianas de la desdicha. Son las que siguen. Una: la supremacía de la Naturaleza. Dos: la caducidad del cuerpo. Tres: la insuficiencia metodológica de las relaciones personales.

     Buda engulle al psicoanalista. La primera fuente freudiana de la desdicha enuncia la realidad que nos circunda. La segunda preconiza la no perdurabilidad de los fenómenos. La tercera destila ignorancia sobre la meditación trascendente… 

     Pregunto: ¿Ponderaría Sigmund Freud las enseñanzas de Siddharta Gautama? ¿Toleraría el aguijoneo del budismo a la ilusión (y al delirio y al sueño)? 

     Cavilo: Calderón habría elevado a Siddharta al Olimpo de los dioses.

jueves, 6 de diciembre de 2012

43/ ¿Nada subsiste?

Prosigo con: Vipassana. El camino de la meditación interior. Dos postulados. Uno: quien examina en profundidad es ajeno al rechazo. Otro: la fugacidad del momento presente proyecta un regocijo interior inigualable. “El beneficio rápido de la pérdida”, de Rilke, encerraría el segundo axioma.

     Concluyo: quien aprehende la fugacidad de la vida deviene inepto para rehusar nada. Ignoro cuál es la causa y cuál el corolario. Juzgo originaria la visión honda de los fenómenos; posterior, admitir la fugacidad del instante; último, la ausencia integral del rechazo. 

     Todo muda. Vetar, cuando nada subsiste en el tiempo y en el espacio, es absurdo. Solo el cambio deviene eterno.

martes, 4 de diciembre de 2012

42/ Auto-recriminación

Anteayer visioné un reportaje televisivo sobre Fogwill. Hoy finiquito mi lectura del Canto a mí mismo de Walt Whitman. Rubricado éste (¡atención!) por León Felipe. El bardo zamorano lo prologa y parafrasea. Canta León-Whitman en Canto… a que hay que arremeter, sin lloros, contra la ola.

     Los poetas líricos solemos ahogarnos en las procelosas aguas de la aflicción. Fogwill resolvió levar anclas y se echó al océano de los provocadores. Ad perpetuam permaneció vigilante. Conjeturo: el yo y la plenitud deambulan por separado. Tanto sentimentalismo verbal, a la larga, acaba hastiándome. Basta ya de pesadumbres. Pregunto: ¿Dónde radica el optimismo?… 

     No más automatismos. Ni más repetidas transgresiones (o tanto monta: insulsa libertad creativa). Conste que todo esto me lo sugiero, recrimino y espeto a mí mismo.

viernes, 30 de noviembre de 2012

41/ Cronos, Laskmi

Hoy me es dado pensar en la belleza; pero no, exclusivamente, la material. Su campo se extiende más allá de la pura matemática… 

     Pregunto: ¿La cursaría (la belleza de que hablo) quien amase a alguien o a algo? ¿Y quien compartiese…? Hora es de diversificar lo bello. Nadie se embelesa con un solo ser (con un solo objeto). 

     Belleza y bondad (en su Gorgias lo consignó Platón) se definen juntas. Dispone bien y libera hermosura aquel que comparte su tiempo y su energía… 

     Yo te ofrendo los míos. 

     Indago: ¿Cabría un misántropo dadivoso? Juzgo impracticable la réplica. 

     Perplejo y suspenso, al respecto, me hallo.

martes, 27 de noviembre de 2012

40/ Samsara

Regreso a la espiritualidad. Incentivo: Vipassana. El camino de la meditación interior (J. Goldstein y J. Kornfield). En Kairós. La página veintisiete ampara una idea formidable. Hela aquí: El hombre procura incansablemente afecto, poder, sexo y salud. Riqueza. Se denomina samsara: un ciclo interminable al que todos permanecemos abocados. Cavilo: Oh. 

     Ahora eructo. Elevo ayes de alivio. Me estirazo. Re-posiciono el culamen en la poltrona… Soy, potencialmente, feliz.

jueves, 22 de noviembre de 2012

39/ Detonante borgiano (V)

Otro arquetipo da espesor a El informe de Brodie. Es este: El Jefe del Estado alienta los dramas de su pueblo. ¿Cómo? Recurriendo a la oratoria. 

     En dichas palabras entreveo cierto sentir anarquista. Hay quien asegura que los mandatarios públicos inventan conflictos y trabas. Yo, desde luego, lo hago (afirmar tal cosa) a pie juntillas. Y vocifero: ¡Viva el anarquismo individualista! 

     Nadie, ignoro por qué, recusa.

martes, 20 de noviembre de 2012

38/ Detonante borgiano (IV)

Confesar algo es desprenderse de ello. 

     Este juicio toma asilo en la página 126 (Debolsillo) de El informe de Brodie. Cavilo: Expulsar sustancias nocivas (de un modo catártico) deviene necesario. Qué sería, si no, de los narradores, de los poetas, de los actores… (Egos). 

     Acaso deberíamos escribir la vida con renglones oníricos (no necesariamente <<torcidos>>). De esa forma la ejecutaríamos y no narraríamos. Tampoco la poetizaríamos ni representaríamos… Dejaría ésta, sencillamente, de escocer; y la catarsis, de tener sentido.

     Tómese como veleidosa conjetura lo enunciado. De lo contrario (si se toma como certeza) nos abocaría a un mundo comandado por robots; psicopático. Y un mundo así no es deseado (ni deseable) por nadie. Pero un mundo así, sin embargo, está por venir. O mejor aún: ha llegado. Oh tempora, oh mores.

lunes, 19 de noviembre de 2012

37/ Detonante borgiano (III)

Para Clara, personaje de El informe de Brodie, tradición y novedad no son opuestos. Nada que objetar. Enunciaré algo: cada época, me parece, es una Vanguardia que se solidariza con su predecesora. De ahí la <<Costumbre>>. Parafraseando a Antonio Gaudí: La mejor originalidad consiste en regresar al origen. No como animal herido. Ni como poeta. (Ay, mi querida Laura…). Sino como ánade. 

     Garrapateaste que <<el origen es mirar al vacío, desafiante>>. Cavilo: centrémonos en el presente y convirtámoslo en Vanguardia diferida.

     Yo, Laura, no le rogaría a la vida que no doliese. Yo la agarraría y zamarrearía por la chorrera hasta que me implorase: “¡No me desbarates!”. Solo así lograría, creo, apaciguarme…

viernes, 16 de noviembre de 2012

36/ Detonante borgiano (II)

El surrealismo literario estomaga. Así enunciado cabría lapidarme. Múdense quienes lo ansían (lapidarme) porque el detractor es Borges. En El informe de Brodie alude al facilismo de las revoluciones estéticas. ”Fácil" es adjetivo que estigmatiza. Yo fui un surrealista convencido. Los atributos clasicistas de esfuerzo y rigor han sido escamoteados por el arte. Atrevimiento y diversión entrelazan su razón de ser. El entretenimiento se transforma en lacra. La costumbre, en norma. Acaso entremezclándolos suceda el prodigio. 

     Hay libros que podrían concebirse en un minuto. Otros, en poco más habrán de haberse escrito. Lo simple no es sencillo. Juan Ramón Jiménez afirmó que la Perfección se halla en la espontaneidad y en la sencillez. Cavilo que lo fácil es más espontáneo que lo difícil. Presumo que frente a una espontánea comodidad lingüística cabría argüirse otra que la refutara. Se denomina, comúnmente, <<Corrección>>. 

     De la genérica Vanguardia no opinaré.

martes, 13 de noviembre de 2012

35/ Detonante borgiano (I)

Nélida es nombre de mujer…

     Leo a Borges. En la pág. 101 (Debolsillo) de El informe de Brodie se recoge tal nombre. El estómago me ha dado un vuelco al examinarlo. Siempre anhelé escribir: <<Nélida, mi amor…>>; <<Tus ojos, Nélida, son…>>; <<Te amo tanto, Nélida…>>. 

     La escritura es autobiográfica o nada es. Jamás frecuenté a ninguna Nélida. Ni aún indirectamente. De mentas conozco a Nélida Piñón (escritora brasileña) y a su homónima Quiroga (actriz argentina). Con ninguna tuve la dicha de compartir. 

     El otro nombre de mis desvelos: Amalasunta. De resonancias novelísticas sudamericanas adolece; al igual que Amaranta: Gabriel García Márquez me lo ofrendó decenas de páginas adentro. De varón: Maimónides y Bosco deleitan mi hedonismo verbal (acaso barroco). A todos ellos sobrepasa Nélida. 

     Sueño con ella, Nélida, a quien atribuyo rasgos de <<Ella>>; con su verbo (arrebatado a otra); con su cuerpo de sílfide (transmigrado). No deviene, a mi pesar, en Nélida. El nombre propio no puede trasvasarse a ajenos. Un interrogante me despabila la conciencia: <<¿Dónde estás, amor mío?>>. Es entonces cuando me consagro a mi rutina.

jueves, 8 de noviembre de 2012

34/ Trinitrotolueno

Don Rigoberto deflagra en sus Cuadernos como el trinitrotolueno. Huye de la colectivización como alma que llevase el diablo. De su desventura responsabiliza a la Verdad. Fabular le depara bienaventuranzas. Ídem, leer y escribir. Lo funesto es que toda misantropía (libros, grabados, cuadros) acarrea padecimientos. Padece en su divagar el narrador; el poeta, en su torre de marfil; el pintor, en sus coloristas dicotomías. Y, asido al buril, el artesano. La tríada de creadores se opone a la burocracia gestora y racionalista. Pregunto: ¿Por qué escribimos? ¿Por qué grabamos? ¿Por qué pintamos? Vale decir: ¿Por qué soñamos? Y, ¿para qué?…

     Arriesgaré una respuesta: para no morir de amor.

lunes, 5 de noviembre de 2012

33/ El espejo

Recién he finiquitado mi lectura de la tríada de amor de Pedro Salinas. Tres poemarios leídos tres veces cada uno y en tres efemérides distintas: 12 de junio, 30 de julio, 4 de noviembre (del 12). Seis años (no tres) requirió su autor para parirlos. ¡Que injusto oficio el de la literatura! 

     Y son: La voz a ti debida (1933), Razón de amor (1936), Largo lamento (1939). En el primero se canta al Eros ideal. El segundo deviene una prospección especulativa por el amor correspondido. El último vivifica a Cupido, y a la flechada, desde la memoria. 

     Un signo de éste (Largo lamento) me ha deleitado sobremanera: El espejo. En él, con ella, se vio una jornada reflejado el sujeto poético. Luego, sólo escrutará ahí sus propios fantasmas… Una fugaz cavilación lo devasta entonces: que ella acechará su figura con ojos que en los suyos se revelaron… ¿Cabe, pues, mayor lirismo (ni vislumbrarlo mejor y más hondamente)? 

     Don Pedro: mi gratitud.

miércoles, 31 de octubre de 2012

32/ Mito motor

¡Cuántas albañilerías poéticas han rendido culto al ladrillo mitológico-alegórico! El que más y el que menos de los dioses grecorromanos fue hombre positivo. Otros, representaciones simbólicas. El remanente, abstracciones morales. Pues bien: cualesquiera de sus hechos precede al catolicismo. Únicamente la religión judaica postuló y anticipó un dios único. Mitología y judaísmo difieren en que la primera es politeísta. Comparten un sino: la constructora imaginación. 

     Colegios y liceos no alientan el hecho mitológico. Universidades de medio mundo no cimientan sus principios en la mitología. Imploro: léase a Juan Ramón Jiménez y a Gabriel García Márquez. Desdeñar la antigüedad empobrece nuestra cosmovisión. Sol, luna, estrellas, agua, viento, noche, ¿qué son? Deidades mitológicas. 

     Un último apunte: Júpiter convirtió a su amada y a su vástago en dos constelaciones: <<Osa mayor>> y <<Osa menor>> respectivamente. ¿Y Leda? ¡Qué belleza la suya afianzada a orillas de un río con Júpiter a sus pies!… 

     El mito inflige arte y sublima la imaginación. Pregunto: ¿No es, éste, motor del conocimiento? Diváguese y rectifíquese la creencia antagónica.

jueves, 25 de octubre de 2012

31/ Contraste

Los cuadernos de don Rigoberto (Mario Vargas Llosa). El Nobel de Arequipa airea, aquí, la teoría sexual de Anne Fausto-Sterlin. Indáguese… Erotismo y perversidad devienen, en este haraquiri, conceptos semejantes. El ídolo rebate el discurso feminista de la colectivización; a saber: que clítoris y gónadas femeninas son preferentes, en abstracto, a falo y testículos… 

     Desde la respeto más absoluto: me hastía el arte escritural de Vargas; juzgo insufrible su discurso estético. Los libros que pare destilan oficio (sin duda alguna). Adolecen, todos, de una impecable ejecución; instruyen. Ahí, lamentablemente, acaba todo. Los juzgo, no sé…, faltos de gracia. E ineptos (Vargas me perdone. Su prosa, al fin y a la postre, es elevada. Yo lo sé y grito a los cuatro vendavales…) para el narcotismo. Y su musicalidad la entreveo (la <<entre-escucho>>) arrítmica. Discúlpeseme: he de ser sincero.  

     Convengo con el dictamen de Umbral: <<El bien y el mal son clónicos, eternos, y la vida transcurre en un espejo>>. Donde dice <<bien>>, léase: deleite; donde <<mal>>, aburrimiento; donde "espejo", quimera…

     Insisto: sé que la prosa de Vargas es elevada, técnica, académica e inspiradora. Yo no acabo de experimentar deleite enfrentándome a ella… Ciertamente no conozco su obra íntegra. 

     Acaso (y esta es mi socorrida esperanza) me aguarde, subyacente bajo tanto páramo sensitivo, algún sustrato nutritivo que me reconcilie con Vargas y con su pluma…

miércoles, 17 de octubre de 2012

30/ Esa otra droga

     –Tóxico y literatura casan bien.

     –¿Y?…

     –William Sydney Porter no iba a ser menos.

     –¿Qué quieres decir?

     –La lista es extensa: Shakespeare, Edgar Poe, Arthur Rimbaud, Valery…

     –Y W.S.P., alias: <<O. Henry>>. ¿Y qué con eso?

     –Que podemos demonizarlo o enaltecer su obra.

     –<<O. Henry>> tuvo una vida compleja.

     –Sí. Resolló tras los travesaños de la penitenciaría de Columbus por hurtar moneda corriente a un banco.

     –Fue, asimismo, boticario.

     –Y fundó el seminario bufonesco The Rolling Stone.

     –También garrapateó cuentos por encargo en el New York World.

     –¿Qué sustancia empleaba?…

     –Alcohol.

     –¿Y no adquiría atributos de gamuza?

     –Trabajaba, raudo, con dos litros de güisqui cada día.

     –Presto oído a sones de leyenda…

     –Yo sé que acabó arruinado.

     –Murió, además, prematuramente: con 47.

     –Hay a quien, sin inspiración, se le obstruye la vida.

     –Esa otra droga…

     –La óptima, álter ego, la óptima.

     –¿Tú no decías que la vida debe agarrarte trabajando?…

     –¿La vida?

     –¡La inspiración!

     –Eso lo dijo Cela…

     –Y, ¿no lo compartes?

     –Para mí es al revés: lo que debe sorprenderte inspirado es el trabajo.

     –¿Y si no?

     –Se abotagaría la obra.

     –¿Y?…

     –Te convertirías en prolífico escritor, con uno o dos aciertos.

     –Y dime, ¿cómo tropezar con la inspiración?

     –Leyendo.

     –¿El qué?

     –Lo impublicable.

     –Pero el mercado cifra los aciertos.

     –Así es.

     –Por eso te inspiras con parvedad e intoxicas y escribes tanto…

     –¡Y que lo digas!

     –Ahora discierno el grano de la paja…

     –¡Bravo, álter ego, bravo!

viernes, 5 de octubre de 2012

29/ Parca misiva

Áulico Yago: voy a relatarte qué mundo habitamos. Resulta sutil. Deviene inhóspito. Destila uno que otro regocijo. Enarbola el estandarte de las concomitancias: él nos habita a nosotros. Y, si cosmos real e inventado convergen, ambulamos con pájaros en las ramas… La frustración se actualiza. Lo fabulado resplandece. Lo fáctico se opaca. Podría (lo fáctico) ser virtuoso. Es reprobable. Podría (lo fáctico) ser verdadero. Es la Verdad. 

     Tú no barruntas nada de esto: eres cándido. Comparte (lo verdadero) contigo un rasgo: Me envuelve sobremanera. Quienes lo habitan dejan de existir si clausuro sus tapas. Uno que otro requiere de mi somnolencia para conciliar el sueño. Duermo escasamente; tú, en demasía. Mucho debe desgastar “Azulandia”… 

     El orbe al que has arribado, áulico Yago, no es diferente del que yo frecuento. ¿Evocarás, tal G.G.M., la vida para contarla? Tú vívela sin empacho y sin aflicciones. Ambos batallamos con indios y vaqueros y, a perpetuidad, salimos airosos. El mundo es una deleitosa flor. Líbala.


     Te apretujo, pequeño.

miércoles, 3 de octubre de 2012

28/ Estulticia venial

Nietzsche infligió un contundente jalón al mundo. ¿Dónde? En El origen de la tragedia a partir del espíritu de la música. La razón del filósofo irguió, aquí, una de sus vigas maestras: lo apolíneo versus lo dionisiaco. 

     Sosiego y equilibrio alumbraban el ideal del hombre en la Grecia Clásica. Historiadores ilustrados y post-ilustrados cimentaron tal creencia. Nietzsche la atropelló. Arrebata que, posteriormente, cayera en la estulticia. Fue cuando enunció que el hombre es a la contienda lo que la mujer al solaz del contendiente… Lo explicitó en Así habló Zarathustra.

     Una que otra voz apela a que su hermana interpoló y falseó sus escritos. Yo no sé quién fue, a la postre, Friedrich Nietzsche. Sí, que adolecía de hocico… 

     Yo no me avengo con esa apreciación, a todas luces, extemporánea de Friedrich. Hoy, por ella, habría que echarlo a los leones… 

     Si lo que Friedrich quiso decir fue que el hombre es objeto de cualquier batalla… Vale. Pero que la mujer sea objeto de placer (en batallas, conjeturo, de amor) para el hombre… ¿Objeto? No, Friedrich, no. 

     Concluyo (azorado): al más inteligente se le escapa una sandez.

viernes, 28 de septiembre de 2012

27/ ¿Horror vacui?

He empezado a descifrar El anzuelo (David Albahari). Novela servia e impoluta. En la página 35 (Debate) se explicita la idea de que para progresar urgimos vacío. Yo agrego: Y para aprender. 

     Pregunto: ¿Y si mi designio es hallarme? Soledad. ¿Y si mi desiderátum pasa por caligrafiar hondos versos? Zozobra. 

     Vaciarme (fabulo): quedarme conmigo sin remilgos sociales. Vaciarme (conjeturo): desdecirme de lo impersonal y, por ello, transferible. Vaciarme (anhelo): padecer para, de seguido, poseer. 

     Resuelvo ya: la vida radica en medrar desplazando reboses. Pero (duda que me surge ahora), ¿quién recoge esos reboses…, quién diantres los recoge…

     

     Ensimismamiento.