(...de Inquisiciones)
Cuenta Borges que Torres Villarroel fue émulo de Quevedo. Que no hizo otra cosa en vida sino resucitar al maestro. Que su obra es una parodia chacotera de la de don Francisco. Que éste influyó en él como un sortilegio en cualquier crédulo.
Refiere Borges que Torres Villarroel <<fue una provincia [del de Madrid], más alegre y menos intensa que su trágica patria>>.
Espero que el avezado argentino dibujase al español en vez de a España. ¿Y no son lo mismo uno y otra: el ser y la patria: el hombre y el lugar donde éste expansiona su interioridad? Yo no sé.
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