Cuenta Borges que Ipuche le deleitaba sobremanera. Más abajo hace una mención que distingue por sexo y a mí me asombra muchísimo: <<Las (…) eficacias que hay en su dicción varonil –adjetivación pensativa, justedad trópica, gracia de narrador– pasan (…) huidizas a flor de la (…) impetuosidad de su verbo>>. Otra mención explicita: <<La lírica andaluza, tan callada de imágenes, (…) ha pluralizado su voz en la soleá y en la soleariya y en la alegría y en la cuarteta y en la seguidilla gitana>>. Y, al final, refiere: Tunc Venus in sylvis iungebat corpora amantum. Al bonaerense este verso de Lucrecio le evoca la imagen de dos cuerpos entregados a la lujuria. Que todo parte de lo gaucho es sabido. Que en ello se encuentre lo universal, no tanto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.